Lunes 9 de julio de 2012, p. 5
Londres, 8 de julio. El Comité Olímpico Internacional (COI) decidió sacar de sus congeladores las muestras de controles antidopaje de los Juegos de Atenas, antes de la expiración de su validez jurídica, este 2012, para someterlos a los últimos métodos de detección.
La ceremonia de clausura de la justa londinense ya no es garantía de impunidad para los atletas dopados, que permanecen con la amenaza de ser descubiertos en el curso de ocho años, plazo de prescripción fijado por el Código Mundial Antidopaje.
En esos ocho años, los métodos de detección de ciertas variantes de EPO se han perfeccionado y los de la hormona de crecimiento han permitido cazar a varios deportistas, mientras ahora existen pruebas para la insulina u otros productos que antes no podían detectarse.
El bahreiní Rachid Ramzi, oro en mil 500 metros, y el italiano Davide Rebellin, plata en ciclismo de ruta, fueron despojados de sus medallas cuando se determinó la presencia de Cera, una EPO de tercera generación, pocos meses después de Pekín 2008.
Hace dos años el COI también decidió analizar una parte de las muestras de los Juegos Olímpicos de invierno de Turín 2006, pero en esa ocasión no encontró ningún nuevo positivo.