Viernes 13 de julio de 2012, p. 44
El encargado de despacho en la delegación Cuauhtémoc, Arturo Pradel, aseguró que su gobierno ni es omiso ni tolera la trata de personas
, pero aun así está dispuesto a aceptar la recomendación emitida al respecto por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) para atacar este ilícito y resolver, junto con organizaciones de la sociedad civil, la problemática de la prostitución.
En entrevista, el servidor público señaló que parte de las recomendaciones giradas por el órgano defensor de derechos humanos han comenzado a ser cumplidas, pues el personal de la demarcación ya toma cursos sobre el tema en la procuraduría capitalina y se tienen acercamientos con los hoteleros de la zona con el objetivo de firmar un convenio para denunciar algún indicio de trata de personas.
Pradel dijo que recibió la notificación de la CDHDF el pasado 10 de julio y está en proceso de análisis. Quizá no estamos de acuerdo con algunos conceptos, pero tenemos la mejor disposición de aceptar la recomendación y colaborar con la cuarta visitaduría para resarcir cualquier omisión que se pudiese haber dado
, apuntó.
Puntos donde se ejerce la prostitución
Admitió que tienen conocimiento de que se ejerce la prostitución en distintos puntos del Eje Guerrero, Puente de Alvarado e Insurgentes, donde desarrollan esta actividad alrededor de 150 personas, tanto del sexo femenino como masculino, y se han recibido quejas sobre la trata de personas, que se han canalizado a la autoridad competente, pues nosotros sólo tenemos facultades administrativas y no punitivas
.
Aseguró que en los seis meses que restan a la actual administración avanzará en resolver esta problemática hasta donde se pueda, no nada más en responder a la recomendación. De hecho, indicó que en pláticas con más de una treintena de hoteleros de la zona centro de la delegación se busca llegar a un acuerdo, para que se capacite a su personal y, si se tiene algún indicio de trata de personas, se haga la denuncia de manera inmediata.
Pradel comentó que en el pasado los hoteles de esta zona hospedaban a quienes llegaban de otras entidades del país, porque estaban cerca las terminales de autobuses, pero con su reubicación y la desaparición de la estación del tren se vieron obligados a cambiar de giro para subsistir.