Probable, que el predio estuviera asociado a un centro ceremonial tepaneca: arqueólogos
Del 16 de abril a la fecha se han localizado 17 entierros humanos, dijo Alejandra Jasso, del INAH
Domingo 15 de julio de 2012, p. 4
El equipo arqueológico que trabaja en el predio de la delegación Azcapotzalco donde fue descubierta una serie de entierros humanos prehispánicos (La Jornada, 11/7/2) no descarta la posibilidad de localizar en ese lugar estructuras arquitectónicas monumentales correspondientes a esa misma etapa, el posclásico temprano.
“Hasta el momento sólo se han hallado restos de basamentos. Hacia la porción este del predio había cuartos residenciales –ésta era una unidad residencial de elite–; en el lado oeste, hay restos de una plataforma y, en la parte central, de un patio con un altar”, informó el jueves la arqueóloga Alejandra Jasso Peña.
No hemos encontrado algo monumental, pero no descartamos localizar algo así. Todavía nos faltan hacer algunos sondeos y delimitar el área, el contexto principal.
La especialista adscrita al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es la encargada del proyecto de prospección arqueológica en dicho predio, ubicado en el número 671 de la avenida Aquiles Serdán, en Azcapotzalco, a muy corta distancia de la estación Camarones del Metro.
Debido a su cercanía con la iglesia de San Simón, la cual fue erigida sobre un teocalli
o pirámide, la investigadora considera muy probable que dicho predio estuviera asociado con un centro cívico ceremonial prehispánico, perteneciente al pueblo tepaneca.
Eso abre amplias posibilidades de encontrar en el lugar, indicó, una plataforma de grandes dimensiones asociada con esa otra plataforma sobre la que yace el templo católico o por lo menos un altar de grandes dimensiones
.
Los trabajos de los especialistas del INAH en el terreno en cuestión, cuya superficie es de poco más de 8 mil 300 metros cuadrados, comenzaron el pasado 16 de abril y concluirán a mediados de septiembre próximo. A la fecha registran un avance de 75 por ciento, señaló Alejandra Jasso.
Hasta el jueves se habían localizado 17 entierros humanos, 14 pertenecientes a niños y tres a adultos, dos hombres y una mujer que murió tras la labor de parto, la mayoría de ellos con sus respectivas ofrendas, agregó la arqueóloga durante un recorrido ofrecido a los medios de información.
Entre los objetos que integran esas ofrendas se han encontrado piezas de cerámica, instrumentos musicales (chirimías y flautas de carrizo), sonajas, incensarios, cajetes, malacates y sahumadores.
Los vestigios, aseguró, han permitido establecer que se trataba de un barrio de comerciantes tepanecas que tuvo su esplendor hace 700 años, entre 1200 y 1300 después de Cristo, antes de que el dominio del valle de México estuviera en manos de los mexicas.
Por su parte, el antropólogo Jorge Arturo Talavera González, del departamento de Antropología Física del INAH, aclaró que en los restos humanos encontrados no hay evidencias de que su muerte haya sido consecuencia de un sacrificio o de alguna epidemia.
El investigador destacó que, a reserva de ser confirmado en el laboratorio, dos de las osamentas infantiles, correspondientes a los entierros 7 y 9, presentan evidencias de haber padecido el síndrome de Hutchinson-Gilford o progeria, también conocido como síndrome de envejecimiento prematuro.
Las características que presentan los niños es la cabeza muy grande, los huesos muy largos y delgados, y nos llamo mucho la atención que los dientes incisivos tienen tres cúspides que dan cuenta de un desarrollo anormal de la dentina
, señaló.
Eso es lo que nos permite fincar tal hipótesis. Lo importantes ahora es saber cómo veían en la sociedad de aquellos momentos a ese tipo de niños. Hay que recordar que el consejo de ancianos era la gente importante, los que dirigían, entonces sí veían niños ancianos, a nivel de su cosmovisión, sería un aspecto que seguramente les llamó la atención.
Para el especialista, que existan dos casos con esa particularidad en una serie de 17 entierros es evidencia de que se presentaba una malformación congénita de grupo o de familia.
Una vez que concluyan los trabajos de salvamento arqueológico, indicaron los especialistas del INAH, las osamentas y el resto de los vestigios serán llevados a laboratorio para su estudio y, luego de su clasificación, es muy probable que sean destinados a uno o varios museos de dicha instancia.