Domingo 15 de julio de 2012, p. a16
Pablo, el apóstol de los gentiles
, fue un impostor, un espía profesional al servicio de la Guardia Pretoriana de Roma. Su misión: impedir que la religión cristiana fuera difundida en todo el imperio. Para realizar el plan, es enviado a Siria, donde este falso predicador hace todos los votos de castidad e inteligencia con la finalidad de infiltrarse con los discípulos de Jesús y así lograr informar al emperador de Roma sobre las conspiraciones que los judíos harán para implantar el cristianismo y hacerse del poder. La novela también nos da un panorama de lo que fue el Imperio Romano y sus destructores. El impostor, Pedro Ángel Palou, editorial Planeta Internacional, 372 pp.