El detenido participó en el asalto a una casa y plagio de un joven
Lunes 16 de julio de 2012, p. 38
Un integrante de una banda delictiva que se hacía pasar como parte de La familia michoacana fue consignado al reclusorio luego de que en junio pasado se introdujo a robar a una casa ubicada en Iztapalpa, y tras amagar a sus ocupantes y saquear el inmueble, secuestró a un adolescente de 16 años por el que negociaron durante varios días el pago de un rescate.
Tras entregar el dinero y liberar al joven, la banda continuó extorsionando a sus víctimas ofreciéndoles seguridad a cambio de una cuota mensual. El padre de familia interpuso una denuncia y tras una balacera entre la policía y los delincuentes se logró detener a Mauricio Ochoa Molina, informó el fiscal especial de investigación para la atención del delito de secuestro, Óscar Montes de Oca.
De acuerdo con la investigación, la mañana del 14 de junio de 2012, el presunto responsable y otros sujetos se introdujeron al domicilio del denunciante, localizado en la colonia Sifón, delegación Iztapalapa, donde amagaron a su esposa y a su hijo, de 16 años.
Luego de sustraer objetos de valor, los ladrones abordaron la camioneta de las víctimas y escaparon con el menor a quien retuvieron por dos días, mientras negociaban su rescate. Los presuntos secuestradores amenazaban a la familia diciéndole que pertenecían a la organización delictiva La familia michoacana.
Los cómplices de Ochoa Molina exigieron una fuerte cantidad de dinero a cambio de liberar al menor, por lo que luego de varias negociaciones, se acordó la entrega del pago. El agraviado regresó con sus padres.
Horas después, el denunciante recibió nuevamente llamadas telefónicas. Esta vez Ochoa Molina le ofrecía protección, obligándolo a pagar por su integridad y la de sus seres queridos a cambio de más dinero.
Ante las nuevas exigencias, el denunciante pidió asesoría a la policía de investigación.
La policía ubicó la camioneta robada en un estacionamiento de la colonia Morelos, perímetro de Venustiano Carranza, donde el sospechoso, al enfrentar a balazos a los policías, resultó lesionado en ambas piernas, por lo que estuvo internado en el hospital Rubén Leñero, en calidad de detenido.
Durante 30 días Ochoa Molina permaneció arraigado en instalaciones de la PGJDF hasta que finalmente el juez libró la orden de aprehensión.