Función especial en el Teatro de la Ciudad
Mediante el cuerpo se puede dialogar con personas de culturas diversas, dice la coreógrafa
Viernes 20 de julio de 2012, p. 7
El movimiento libre del cuerpo y la figura de Isadora Duncan fueron el leitmotiv de la bailarina y coreógrafa Lola Lince para descubrir que lo espiritual en la danza se opone a toda manipulación mecánico-utilitaria.
Este viernes la creadora celebra el 20 aniversario de su compañía de Danza Experimental con una función especial en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde presentará la obra Las máscaras de Lilith: hipérbole de la memoria, con la dirección artística de la japonesa Natsu Nakajima.
En entrevista, Lola Lince recordó que su pasión por la danza surgió al ver una película sobre la vida de Isadora Duncan y desde ese momento se enamoró del movimiento libre del cuerpo.
La artista concretó su dese en 1990 cuando comenzó la búsqueda de una nueva percepción del cuerpo sin ligarse a ninguna técnica o vocabulario coreográficos para crear su primera obra, El agua.
“Realicé una investigación de dos años para hurgar dentro de mí y saber qué quería salir de las entrañas. Todo se condensó en una serie de imágenes que integran la pieza El agua, la cual causó revuelo porque me conocían en el medio como bailarina de clásico; fue un cambio radical en la forma de abordar el discurso coreográfico”, expresa.
Más allá del butoh
Para Lola Lince, la danza butoh es la expresión básica del cuerpo y como no quería ser imitadora de las formas japonesas prefirió indagar más allá de esa puerta cultural: el butoh.
“Mediante el cuerpo –explica Lince– se puede dialogar con personas de culturas muy diversas y entrar en una suerte de empatía y retroalimentación muy interesante. La danza butoh fue como un virus que me contaminó, porque se empezaron a generar relaciones con artistas del mundo de esa vertiente, como sucedió con Natsu Nakajima, quien es mi guía y tutora, una amiga entrañable con quien realicé la obra Las máscaras de Lilith: hipérbole de la memoria.”
La obra que presentará Lola Lince en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris está basada en la leyenda hebrea de Lilit, la primera mujer de Adán.
A la coreógrafa le resulta fascinante que Lilit renunciara al paraíso y también a ser sometida sexualmente por Adán y convertirse en una fuerza indomable, caótica por naturaleza e imposible de dominar
.
Las máscaras de Lilith... explora la integración de los lados oscuro y luminoso, el acuerdo entre dos polos, Lilith y Eva, e insiste metafóricamente en la idea del desprendimiento y liberación mediante la unión de los contrarios.
Interpretada por Lola Lince, Tlathui Benavides, Beatriz Cruz y Laura Zermeño, la obra se presenta hoy a las 20 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (calle Donceles 36, Centro Histórico).