Roma, 23 de julio. El mayordomo del papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, acusado de la filtración de documentos del Estado Vaticano en el caso conocido como Vatileaks, tuvo tres cómplices que trabajan en el entorno del pontífice, un cardenal, un obispo y el ama de llaves, reveló hoy el diario La Repubblica de Roma.

Según el matutino, que no atribuyó su información a fuentes con nombre y cargo, los investigadores del Vaticano sospechan de la complicidad del ama de llaves del pontífice, Ingrid Stampa; del ex secretario particular de Jospe Ratzinger durante 19 años, el obispo alemán Josef Clemens, y del cardenal Paolo Sardi, encargado de redactar los discursos de Benedicto XVI.

Los tres tenían una relación estrecha con Gabriele y no fue casual que los tres hayan sido alejados del Papa luego de que el mayordomo fue detenido, hace cerca de dos meses. La difusión pública de los documentos confidenciales del Vaticano comenzó en un canal de la televisión italiana a finales de enero pasado con la difusión de la correspondencia dirigida a Ratzinger.

Actualmente, destacó La Repubblica, Stampa ya no se ocupa de asuntos papales, Benedicto XVI anuló un encuentro previsto con Clemens –secretario del Pontificio Consejo de los Laicos– y el cardenal Sardi abandonó su labor alegando motivos de edad.

La información fue desmentida de inmediato por el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien irritado criticó en conferencia de prensa al rotativo romano con el argumento de que los lectores de un diario tan conocido en Italia merecen mayor respeto y el cumplimiento de la deontología profesional.

Según el vocero del Vaticano, Lombardi ha tenido que desmentir a La Repubblica –diario de centroizquierda– entrevistas inventadas, diálogos imaginarios del Papa y la desaparición misteriosa de un hacker que afectó los intereses del Estado pontificio.

El reporte del periódico romano, agregó Lombardi, es además “una copia casi literal de otro artículo publicado en alemán por el sitio en Internet del diario Die Welt, hace una semana”.

Lombardi afirmó que las tres personas mencionadas en la nota de La Repubblica siguen en sus puestos de trabajo, y señaló que ser interrogado por una comisión de investigación no significa de ninguna manera ser sospechoso.

Por ahora, el único imputado por el robo de documentos confidenciales es Gabriele, quien el fin de semana obtuvo el beneficio de la libertad vigilada en su casa dentro del territorio del Estado papal, luego de permanecer 50 días detenido en una celda de seguridad del Vaticano. El mayordomo debe esperar la sentencia del juez instructor Piero Bonnet, prevista para los próximos días.

La Repubblica sugirió que las filtraciones fueron por envidia y celos, apuntando al secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y el secretario privado del Papa, Georg Ganswein.