Madrid, 27 de julio. El desempleo en España alcanzó un nuevo máximo histórico: cinco millones 693 mil personas, lo que supone 24.63% de la población activa. El dato confirma una tendencia que se ha mantenido en los tres años recientes, pero que en esta ocasión se agrava al registrarse el primer aumento del desempleo en pleno verano, cuando suele crecer la contratación temporal. Otro registro estadístico que confirma el deterioro de la vida en el país ibérico y el dramatismo de los efectos de la crisis es que ya son un millón 700 mil familias las que tienen a todos sus miembros sin trabajo, según los datos aportados hoy por la secretaria de Estado de empleo, del conservador gobierno de Mariano Rajoy.

España sigue hundida en una de las peores crisis de su historia, con indicadores macroeconómicos que la perfilan hacia el rescate total y con la agudización del drama humano a consecuencia de la primera gran crisis del capitalismo global, evidenciado en el aumento del desempleo, la ejecución de los desahucios –sólo en el primer trimestre del año se llevaron a cabo 50 mil–, la mutilación de derechos básicos y la extinción de programas sociales para beneficiar a los más desfavorecidos de la sociedad.

La llegada al poder del derechista Mariano Rajoy, quien auguró durante la campaña electoral el fin de la crisis con su sola victoria, no ha servido ni para enderezar la situación económica ni para recuperar la confianza de los mercados en España, país señalado como la principal amenaza para hundir de nuevo al conjunto de Europa y del resto de las economías occidentales. El programa oculto del conservador Partido Popular (PP) incluía el incumplimiento de todas sus promesas de campaña y la aplicación de severos planes de recortes sociales y mutilación del gasto público, que en dos años superará los 100 mil millones de euros.

Precisamente la política económica del gobierno de Rajoy ha sido factor clave para que en plena época estival suba de nuevo el desempleo –algo que no ocurría en los años recientes–, al confirmarse que sólo en el segundo trimestre del año engrosaron las listas del paro 53 mil 500 personas. En los pasados 12 meses, la economía española ha perdido 885 mil 800 puestos de trabajo, casi 5% de la fuerza laboral, lo que supone un aumento del desempleo de 17.8% cuatro años después del comienzo de la crisis. Si se comparan cifras del mismo periodo del año pasado se ve con nitidez el agudizamiento del problema: en el mismo periodo de 2011 se crearon 151 mil 400 puestos de trabajo (-15 mil 900 ahora) y el paro se redujo en 76 mil 500 personas (53 mil 500 más ahora)

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre del año son consistentes con el deterioro de la actividad económica (-0.4% en términos intertrimestrales), y reflejan que la pérdida de empleo afecta a todos los sectores productivos. Por ejemplo, la ocupación en el sector servicios cae casi 4%; pero es que en la construcción, donde el ajuste no cesa, el desplome del empleo es de 16.6% en un año, mientras que la industria pierde algo más de 5% de su fuerza laboral. Incluso entre los empleadores, y en términos anuales, se produce una caída de 2.9% en la ocupación, la mitad que en el caso de los asalariados.

Un drama que no cesa y que es especialmente grave dentro de este contexto de crisis es el número de hogares que tiene a todos sus miembros en el desempleo. En el segundo trimestre aumentó en nueve mil 300 familias, lo que supone un 0.54% más que en el trimestre anterior, hasta situarse en un millón 737 mil 600, según datos de la EPA difundida este viernes por el Instituto Nacional de Estadística. También se confirmó que a los colectivos poblacionales que más les está castigando la crisis es al de los migrantes, que ya alcanzan la cifra de 37.6% en el desempleo; y al de los jóvenes, que volvió a subir hasta situarse en 53.8%.

Para añadir más desazón a este clima de desesperanza y hartazgo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que la política del gobierno español provocará que la recesión sea aún más severa y cruda en el país. El último informe del organismo internacional duplica la caída estimada en el PIB de 2013, hasta situarla en -1,2%.