Las fuertes lluvias registrada en días recientes en gran parte del país ayudarán a contrarrestar los efectos de la sequía, principalmente en algunos estados del norte; sin embargo, serán insuficientes, pues el problema es estructural, coincidieron especialistas en temas ambientales.

Octavio Rosas, de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, aseguró que las lluvias que se presentan actualmente pueden aliviar un poco la situación de la sequía en el norte del país, pero mientras no se detenga la deforestación y se modifiquen sustancialmente los patrones de sobrexplotación de los acuíferos subterráneos, la sequía se puede agravar.

La agricultura comercial de exportación es la que más agua consume en estas regiones. Además, en las ciudades se están incrementando el problema, incluso en el norte del país, donde vemos situaciones muy graves, como lo que sucede en la Cuenca Independenica en Guanajuato o la Cuenca de la Laguna de Torreón, en Coahuila, donde de acuerdo con datos de Cuencas Centrales del Norte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 56 mil familias carecen del líquido, ya que en aproximadamente 262 localidades de 13 municipios de La Laguna de Coahuila y Durango el servicio es irregular.

Lo que se tiene que hacer, insistió, es modificar las prioridades en la política agropecuaria del país, es decir, se tiene que impulsar al campo, que durante décadas ha estado en el abandono, apoyar a los campesinos, quienes son los que realmente producen para el consumo interno del país, de lo contrario se corre el riesgo de que, ante la falta del líquido se incremente la migración de campesinos a las ciudades o rumbo a Estados Unidos, así como la pobreza alimentaria y la inflación.

Además, se corre el riesgo de que mucha de la población campesina y rural del país pueda caer en manos del crimen organizado. La economía migratoria y la economía criminal se vuelven las tablitas de salvación.

Por separado, Carlos Muñoz, experto en economía ambiental y profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, expuso que la lluvia podría ser una posibilidad para revertir la sequía en varios estados; sin embargo, se tiene que pensar más en términos de cobertura financiera que permita mejorar la infraestructura hidráulica para que los estados sean menos dependientes de la temporada de lluvias; es decir, optimizar la estructura de riego en el país para que no todo termine en traspasos de fondos contingentes, de desastres o traspasos emergentes para la atención de la sequía, lo cual soluciona de forma temporal, pero no del todo, el problema.