Lunes 30 de julio de 2012, p. 37
El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, calificó de maravilloso
el establecimiento en la ciudad de México de varios comedores y del Banco de Alimentos para la gente más pobre, pero también consideró escandaloso
que se desperdicien miles de toneladas de alimentos y una multitud vague hambrienta por nuestras calles
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En la homilía dominical, en la Catedral Metropolitana, el cardenal destacó que la riqueza la hizo Dios para todos, y no sólo para unos cuantos
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En alusión al Evangelio de San Juan, refirió que nadie puede sentirse excluido del deber de dar de comer al hambriento, y subrayó: No hay que caer en la tentación de que el reparto de los bienes materiales es para las cumbres de la ONU, para los gobiernos, para las instituciones
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Rivera destacó que la Iglesia, los cristianos, las instituciones y los gobiernos tienen la responsabilidad social de hacer no una obra de misericordia
, sino un acto de justicia, primero con la producción y multiplicación de los bienes materiales, y luego con la repartición de esos bienes a los más necesitados.
“Los particulares –subrayó– tenemos que aportar nuestro granito de trigo para saciar el hambre del mundo. Y no sólo de pan, sino de educación, salud, de todos los derechos y necesidades fundamentales del ser humano. Cada uno de nosotros tiene algo que puede hacer por los demás, como exigencia básica del seguimiento de Jesús”.
A los feligreses les indicó que no podemos poner los bienes materiales como meta, ni como fin absoluto de nuestra misión
, sino que lo primario es amar solidariamente y, como consecuencia, trabajar por la producción y el reparto justo de los bienes materiales
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Durante la homilía se pidió por los deportistas de todo el mundo, así como por los directivos y técnicos que participan en los Juegos Olímpicos 2012, en Londres. Que los deportistas sean modelo de respeto y de lealtad; ejemplo de compañerismo y amistad, y un testimonio de auténtica fraternidad
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