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Trabajadores denuncian que fueron entregados en marzo de 1976

Empresa minera enfrenta cargos por complicidad con la dictadura argentina
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de julio de 2012, p. 20

Buenos Aires, 30 de julio. La minera Aguilar, que durante años controló –por su poder económico– varios pueblos de Humahuaca, provincia de Jujuy, fue denunciada como cómplice de la pasada dictadura militar (1976-1983) por trabajadores que fueron secuestrados y por primera vez hablan ante la justicia, durante uno de los procesos orales que se desarrollan en ese estado y en todo el país contra responsables de delitos de lesa humanidad.

Sin dudar, un testigo denunció ante los jueces que la compañía los entregó a la gendarmería, que a su vez era mantenida por esa empresa extranjera, la cual les facilitaba automóviles, combustible y comida gratis.

En estos momentos también se juzga a los dueños de la empresa azucarera Ledesma, que fueron denunciados en otro juicio en esa misma provincia por complicidad con la dictadura y por su participación activa en la llamada noche del apagón –que se recordó en estos días– cuando fue cortada la luz del ingenio y del pueblo para secuestrar a varios trabajadores y otras víctimas, varios de los cuales están desaparecidos.

La justicia tiene en la mira al procesado empresario Peddro Blaquier, intocable hasta hora, y han aparecido pruebas que involucran a otros directivos de esa empresa.

El caso de la minera Aguilar salió a luz con la presentación ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy de siete trabajadores que fueron testigos y víctimas del secuestro de 27 mineros entre el 24 y el 26 de marzo de 1976. Describieron cómo llegaron los gendarmes en camiones de la empresa para asaltar sus casas y llevarlos por distintas comisarías, donde sufrieron vejaciones y torturas.

Varios terminaron detenidos en el penal de Gorriti, en San Salvador de Jujuy.

“Nos acusaron de montoneros, de subversivos, nos golpeaban y maltrataron de todas formas y nos decían que no merecíamos estar en una ‘compañía modelo’ como esa”, relató Efraín Guzmán, una de las víctimas.

Unos estuvieron detenidos varios meses, y Guzmán fue llevado desde Jujuy a la tristemente famosa Unidad 9 de La Plata, provincia de Buenos Aires. Durante el viaje, junto a otros secuestrados, fueron amenazados con tirarlos del helicóptero o con simulacros de fusilamientos. Estuvieron detenidos hasta principios de 1977.

Uno de ellos, el dirigente minero Avelino Bazán, salió también de esa unidad, adonde fue trasladado desde la provincia de Jujuy y luego nuevamente secuestrado y desaparecido. Bazán fue diputado provincial y director de Trabajo del gobierno de Jujuy.

El recorrido de los gendarmes con sus víctimas fue en todo el primer tiempo por los terrenos de la minera y estuvieron en los destacamentos de la gendarmería establecidos en la jurisdicción de esa empresa.

El testimonio también fue importante por los relatos sobre el terrible viaje en helicóptero.

Guzmán recordó que los gendarmes estaban bebiendo y nos pegaban con machetes en las muñecas y en los codos, caminaban sobre nosotros, nos tiraron bebida encima y nos amenazaron con que nos iban a tirar. Abrieron la puerta incluso. Muchos llegamos muy mal a La Plata.

Allí también sufrieron torturas y malos tratos.

Las víctimas logaron ver la lista con sus nombres entregada por la empresa, con membrete de Aguilar, en un escritorio del penal de Villa Gorriti. Allí entendieron que la compañía los había entregado.

Los juicios destapan cada vez más complicidades de importantes empresas como Ford, Mercedes Benz y otras que colaboraron activamente con la dictadura. Nuevos capítulos de aquellos trágicos tiempos se abren cada día.