La selva y sus habitantes se encuentran sometidos por el poder autoritario de un grupo de cuervos corruptos y sólo la verdad, enarbolada por la Niña León, podrá desenmascarar ese sofisticado sistema de engaño y manipulación.

Tal es el punto de partida de la ópera infantil mexicana La Niña León, actuada por los Niños Cantores del Valle de Chalco y cuyo estreno mundial será el sábado 11 y el domingo 12, en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CNA).

Esta nueva ópera, escrita en español por Gerardo Cárdenas, es parte del ciclo de cuatro obras Niñ@s: ¡Se levanta el telón!, Cuentos, mitos e historias de ópera, que arrancó este sábado y hoy con una interesante versión de La Cenicienta, de Rossini, y que en otros fines de semana presentará Bastián y Bastiana, de Mozart, y Brundibár, de Krása.

El montaje de La Niña León, que según se informa no deja de lado complejos recursos clásicos e incorpora elementos contemporáneos y populares más simples, cuenta con las direcciones artística y escénica de Jesús López y de Martha García, respectivamente.

La Niña León, una producción del Sistema Nacional de Fomento Musical y del Instituto Mexiquense de Cultura, presenta el problema delicado de la corrupción y cómo los niños pueden salvarlo mediante los valores, comentó Jesús López.

El reto, agregó Gerardo Cárdenas, fue lograr un lenguaje propio, original y adecuado, con recursos operísticos tradicionales que siguen siendo válidos, además de otros propios del collage y el eclecticismo.

En cuanto a La Cenicienta, cuya versión presenta a un sabio filósofo o hado padrino, así como a un padrastro en lugar de una madrastra, cuenta con José Areán como director concertador y César Piña como director escénico.

Se prescinde de la zapatilla de cristal, aunque no de las hermanastras ni del príncipe, comenta Piña, quien agrega que buscaron crear una Cenicienta muy fresca para acercar a nuevos públicos al género de la ópera.

Bastián y Bastiana, ópera emplumada para todos, escrita por un niño de 12 años apellidado Mozart, es una versión que cambió a los pastorcillos por dos cotorritos y que también pone en juego diversos valores, en este caso el perdón, la fidelidad y el amor.

Se trata de un proyecto de la Compañía Juvenil de Ópera del Laboratorio de Investigaciones Escénico-Musicales (LIEM) y que se presentará el sábado 18 y domingo 19, con la dirección concertadora de Iván López y escénica de Omar Flores Sarabia.

La puesta es un esfuerzo colectivo de muchos jóvenes, manifestó el director de la compañía, Luis Felipe Losada, quien dijo que la intención principal de la obra es divertir a niños y adultos y que se ha llevado a varias escuelas con bastante éxito.

Brundibár (El abejorro) también experimentó un proceso de adaptación, no de simplificación, en el que, más que abordar la tragedia de los niños en un campo de concentración, se optó por una evocación de las realidades y universos contemporáneos, en analogía con el espíritu original de la obra.

El montaje es una producción del CNA con la participación de Kantorei Cedros-UP y los Niños Cantores de Tepozotlán, con Jorge Cózatl como director artístico e Israel Velasco como director de escena.

La presentación los días 25 y 26 será el estreno en México, con su versión orquestal íntegra, llamada praguense, enriquecida por la Obertura para pequeña orquesta, también de Hans Krása, y el Himno de Terezín, de Karel Svenk.

En un mundo violento como el de hoy, no se buscó una recreación gráfica sino generar para los niños un mensaje lleno de simbolismos, como el de la unión o el de la libertad de decidir si queremos operar en contra o no, dijo Cózatl.

César Augusto Rodríguez, subdirector de programación artística del CNA, dijo que el ciclo de ópera se presenta desde 2009 y que muchas veces se trata de un trabajo creativo de niños y jóvenes para un público infantil y general.

También destacó la participación en toda la temporada de la Orquesta Stravaganza.

Informes en la página electrónica www.cenart.gob.mx.