El gusto por los saltos ornamentales comenzó a los ocho años para Laura Sánchez, como a la mayoría de los niños a esa edad, al ser detectada por Jorge Rueda, cuando el formador de medallistas olímpicos y mundiales se fue a su natal León, Guanajuato, para hacer la primera escuela de clavados.

Desde que la observó el profesor Rueda le dijo que tenía muchas facultades para ser la mejor especialista en el trampolín y si quería lograrlo tendría que entrenar todos los días, pero que no lo tomara como un juego, sino con toda seriedad.

Laura participó en la primera Olimpiada Nacional en 1996, en la que también destacó Paola Espinosa, con la que al paso del tiempo compartiría varios títulos en las pruebas de sincronizados de trampolín y plataforma, y junto con la velocista Ana Gabriela Guevara formó parte de esa generación de deportistas que dio lustre al deporte en el concierto mundial.

La jalisciense y la bajacaliforniana dieron la primera medalla de bronce al país en los sincronizados tres metros, en el Mundial de Roma 2009, época en la que ambas eran entrenadas por Francisco Rueda, responsable del área en la categoría juvenil.

La jalisciense salió inspiradaFoto Ap

La que fue considerada la mejor dupla femenil de México tuvo que desintegrarse por pugnas entre los entrenadores, además del escándalo que se dio cuando salió a la luz pública la relación entre Laura, quien era menor de edad, y Paco, su entrenador y actualmente su esposo.

Sánchez, quien hoy escribió su propia historia en la fosa de clavados de Londres, al ganar una medalla olímpica de bronce que me sabe a gloria, tuvo que afrontar las críticas hacia su entrenador, acusado por otras clavadistas de acoso sexual y pederastía.

Ese espinoso tema, así como lesiones en pierna y hombros, perjudicaron a la clavadista, quien en varias ocasiones se quedó sin participar en justas internacionales.

“Han sido años y años (de lucha), con una operación en el hombro derecho en 2008 que me dejó (toda la temporada) 2010 fuera. Luego regresar en 2011 y empezar a ganar otra vez esta posición.

Verme ahora, en agosto de 2012, con una medalla, imagínate lo que es. Paco me dijo que me haría llegar a los Juegos Olímpicos en mi mejor momento y que lo demás dependería de mí. Esto es un sueño, lo logré, declaró feliz la clavadista.