Eduard Calderón: el que no permite debilidades ni complacencias
ecordemos las palabras de Robert Louis Stevenson: En cada hombre hay una dualidad primigenia y universal, en el útero de sus conciencias están esos mellizos bipolares destinados a enfrentarse permanentemente: el bien y el mal
. Sobre la afirmación de que nadie llega a ser plenamente malo, yo tengo no sólo dudas, sino también ejemplos devastadores en contrario. A veces los perversos son también imbéciles, lo cual implica un refine al respecto. Sostengo, eso sí, la imposibilidad del amor, la bondad y la justicia permanentes. Nadie, decimos las Sagradas Escrituras, los Proverbios (24:16), San Pablo: (Ef 6 11-12) y yo, que nadie, absolutamente nadie es permanente bueno. (Por supuesto excluyo de esta osada afirmación a las sagradas mamacitas de cada uno de nosotros los mexicanos, pero ya sabemos de qué vicio, complejo o perversión se trata. Los demás terrícolas no entran en mi análisis).
Pero regresemos al caso concreto: Felipe de Jesús asciende al pináculo del poder partidista. Lo hace siendo, como ya vimos: FJ (Felipe Jekyll) + EC (Eduard Calderón). Por una parte: ambiguo, suavecito, untuoso. Exportador permanente de un sentido del humor muy fallido que lo exhibe más burlón que ingenioso. Carente de risa franca (lo cual, eso sí, causa risa), insiste en convencernos de que es (no que está), alegre, buena onda, aperturo: se ufana de cantar a la trova cubana como no lo hace ni Lozano Gracia, pese a su nueva condición. Perdón por la digresión siguiente, pero se me ocurrió de pasadita. ¿Y si al ex rockero de Max Soza se le confunden los mensajes del karaoke y en la pasada reunión de F de J con los legisladores y cúpula panista, o en su reciente fiesta de cumpleaños, en vez del unicornio blanquiazul (perdón, Silvio), le pasa una cuarteta de la clásica canción cubana: A la Caridad del Cobre /la quieren hacer yankista/ pero no saben que es/ miliciana y socialista?
¿Qué hace? ¿Se aguanta como su señora esposa cuando hace muy poco la agarraron bailando una de las canciones emblemáticas de López Obrador, o se desmaya y luego se confiesa?
Pero sigamos. Felipe de Jesús también llega siendo EC + FJ: tortuoso, profundamente resentido con sus progenitores (Calderón y Castillo) y actuando como lo describen los cercanos: temperamental, incapaz de trabajo en equipo, irrespetuoso con los ámbitos partidarios locales y por supuesto ya decidido, pese a su palabra empeñada y publicitada, a convertir en deuda pública los pasivos del Fobaproa.
Lo mejor de Felipe de Jesús, es decir, su insistencia en ser hijo desobediente
, lo hace candidato presidencial. Triunfo indiscutible de FJ, quien además le sugiere como medida desesperada de legitimación integrar un gabinete con los mejores ciudadanos, al margen de su filiación partidista, bueno, al menos con los mejores hombres de su partido, aunque no fueran de su cercanía. Pero para eso está siempre presente EC, quien no permite debilidades ni complacencias: ¿Qué te pasa, blandengue FJ? ¿Dimos esta aguerrida batalla para compartir el poder y sus beneficios con el enemigo de enfrente, o con los de mesas dentro, que son pior?
Nuestros Head Hunters: Charles Perrault y Jacob y Wilhelm Grimm, ya me recomendaron para el gabinete a unos enanitos activísimos, nada más hay que darle$ cuerda todo$ lo$ día$: Tontín Cortazar, Germán –gruñón– Martínez, Contento Mouriño, Vergonzoso Pérez Jácome y al del Tapanco, fundador histórico del bullying. También a un ogro pirómano que tiene debilidad por los pulgarcitos asados, al rey de chocolate, al soldadito de plomo, a Gretel (no muy bien vista en la familia) y a Escaldufa (aunque tiene problemas de imagen). Además ya me identificaron las más importantes aspiraciones de nuestros súbditos: seguridad y empleo. Hagamos de estas carencias nuestras banderas y entusiasmemos a las masas. Prometamos todo: paz y tranquilidad ciudadanas, empleos suficientes y bien remunerados y, por supuesto, niveles de vida como si tú no hubieras aprobado el Fobaproa.
Los acuerdos con los magnates de la banca, la industria, el comercio, los medios, la jerarquía católica, las estructuras corporativas, los gobernadores (tan fieles algunos de ellos), la intromisión tan inmoral, corrupta, discretísima
de Vicente Fox, los algoritmos de Hildebrando y, por supuesto, los miles de millones de pesos invertidos, fueron resultado del trabajo de EC. Entre todos le juntaron a Felipe –haiga sido como haiga sido– de Jesús, la abrumadora cantidad de 250 mil votos. No hay duda que éstos, con mucho, deben ser considerados los sufragios más caros de la historia.
Pues que le notifican a Felipe de Jesús que ganó y que medio toma posesión. Entrando, entrando, EC emprende las primeras acciones de gobierno. La primera, siguiendo lecciones históricas ejemplares, es la de declarar una guerra. Esto tiene mucho sentido: exacerba el espíritu patrio, convoca a la unidad nacional y fomenta una inclinación al sacrificio y la generosidad. Ejemplos los hay a todo lo largo de la historia y a todo lo redondo del planeta. (Uno de sus think tanks le sugirió convocar a los mexicanos al grito de sangre, sudor y lágrimas,
afortunadamente un joven teniente de su escolta que, precisamente por metiche, ya no siguió en el EMP, se atrevió a comentarle en un momentito que estuvo a solas con don Felipe de Jesús: Con todo respeto, señor Presidente, pero eso de las lágrimas, el sudor, la sangre se oye chido, pero le puede quitar muncha ayuda. ¿Se imagina? Dicen que los indígenas semos como el 13 por ciento de los mexicanos, ¿y si le agregamos a todos los mineros de Coahuila, Durango, Hidalgo, Zacatecas? O nomás por decir, pero, ¿y los usuarios del metro y los trolebuses? Como que ya no queda muncho sudor, lágrimas y sangre para la guerra que se va usté a aventar. Bueno, pus yo digo, pero ustedes son los que saben.
EC, que nunca se ha andado por las ramas, pese a versiones difamatorias en contrario, se echó el trompo a la uña y declaró la guerra. Identificar al enemigo, realizar una verdadera tomografía (imágenes por secciones) de su estructura: cantidad de tropa, mandos, clases. Territorios controlados, armamento, recursos de todo tipo, aliados abiertos y encubiertos, cómplices y socios, proveedores y clientelas e, imprescindible, el respaldo y apoyo popular. Estos, y muchos etcéteras más, indispensables para aventarse un tiro de esa magnitud, fueron dejados pa’lratito. Bueno no se analizó ni siquiera la fuerza propia. ¿Todavía se usa la expresión: aventarse como el Borras
? Bueno, el popular don Borras está a punto de su extinción cuando alguien comience a decir: se aventó como Felipe de Jesús.
Ahora que, no debemos ser injustos. La urgencia que provocó estos pequeños desatinos tiene una entendible explicación. Felipe de Jesús tuvo un acuerdo privadísimo con el bully Lozano (lo que sea de cada quien era un súper secretario, acuérdense cómo estrechó relaciones con los chinos, bronqueó al jefe de Gobierno de la ciudad de México, enfrentó nada menos que a Napoleón y desarrolló actividades múltiples en las que nada tenía que ver), quien osadamente le hizo saber que el general secretario le estaba ocultando información vital. Sin que el Ejército o la Armada hicieran algo al respecto, él sabía que estaba formándose en todos los rincones del país una fuerza aceleradamente creciente (es decir que aumentaba rápido dia’madre) denominada Ejército Industrial de Reserva
(exclusivamente para egresados del ITAM que, afortunadamente, no ensuciaron sus mentes con teorías malditas: este concepto fue desarrollado por un tal Karl Marx para referirse a los proletarios desocupados). Su evidente propósito era acabar con la paz y la democracia nacionales, por lo cual resultaba urgente declarar la guerra, pero ya. Lo hacemos contra los perversos que toda la sociedad abomina: los narcos, y luego englobamos a estos otros que, seguramente, deben ser rescoldos de los rojos de antes (Bájale “bully”, de los rojos de antes creo que, quitando a los compañeros del Mundet, no quedan arriba de diez. Los rojos de no tan antes son diputados, senadores, gobernadores y alguno es testículo de Jehová). Bueno, hasta le llevó un himno motivador: La virgen María es nuestra protectora/ nuestra gran señora, no hay nada que temer/ vence al demonio, al mundo y a la carne/ ¡Guerra, guerra! contra Lucifer.
Pero mi propuesta no termina, siguió diciendo el bully. Crear un empleo nuevo en México cuesta, según le dijeron a Ma. Del Pilar Martínez, el vicepresidente de la Confederación Patronal y un Ejecutivo de Manpower, algo así como 274 por ciento del salario que va a devengar el trabajador. Si a un empleado nuevo le van a pagar 8 mil pesos, la empresa tiene que invertir unos 25 mil en la creación de esa plaza. ¿Qué tal si, ya que no podemos aumentar la oferta de plazas de trabajo como usted prometió, don Felipe, disminuimos la demanda? Los problemas de la guerra al narco y del desempleo se complementan: hasta la fecha unos 60 mil mexicanos ya no le podrán reclamar que no haya sido, don Felipe de Jesús, el presidente del empleo. Si llegamos, el próximo lunes, veremos que puede pasar el primero se diciembre con Felipe Jekill y el misterioso Eduard Calderón.