Pekín, 20 de agosto. La justicia de China sentenció hoy a Gu Kailai, esposa del ex alto dirigente comunista Bo Xilai, a pena de muerte con suspensión de dos años por asesinato intencionado y la privación de sus derechos políticos de por vida por el homicidio del empresario británico Neil Heywood en noviembre de 2011.

El veredicto fue pronunciado en la ciudad de Hefei. La sentencia se transforma en China automáticamente en cadena perpetua por un periodo de 25 años si el prisionero no comete otros crímenes.

Respetamos la decisión adoptada hoy, declaró He Zhengsheng, abogado de los familiares de Neil Heywood, un amigo del matrimonio chino antes de enturbiarse la relación debido a asuntos financieros.

La televisión pública difundió algunas imágenes de Gu Kailai, aceptando el fallo respetuoso con el derecho, la verdad y la vida.

Durante el juicio, Gu no refutó las acusaciones de haber envenenado al hombre de negocios británico una noche de noviembre de 2011 en un lujoso hotel de Chongquing.

La Fundación Dui Hua, con base en Estados Unidos, indicó que Gu podría pasar sólo nueve años en prisión. Si después de dos años su pena de muerte es conmutada, como cabe esperar, la mujer podría recibir luego una reducción por motivos de salud tras siete años, ya que durante el juicio se presentó un informe en el que se indica que sufre insomnio crónico, ansiedad, depresión y paranoia.

Más de cien personas asistieron al juicio, incluidos familiares y amigos de los dos acusados, diplomáticos de la embajada y consulados británicos en China, periodistas, diputados de la legislatura china y miembros del órgano de asesoría política del país, así como público en general. También estuvieron los representantes legales de la familia de la víctima.

Zhang Xiaojun, empleado de la familia Bo acusado de ayudar a Gu en su plan, fue condenado a nueve años de cárcel. Otros cuatro responsables policiales también fueron condenados a penas de cinco a 11 años de cárcel por haber amañado la investigación para encubrir a Gu Kailai.

Gu Kailai compareció el pasado 9 de agosto en el tribunal de Hefei, en una única sesión. Entonces explicó que había sufrido una depresión y había vivido una pesadilla.

La parte acusadora sostuvo que fue ella quien administró veneno a la víctima después de haberlo emborrachado.

El proceso constituyó el punto crítico de un escándalo que estalló en marzo de este año con la remoción y posterior detención de su marido, Bo Xailai, entonces estrella política en ascenso, líder del Partido Comunista en la enorme ciudad de Chongqing, donde ocurrió el crimen.

El caso fue un escándalo y selló el destino de Bo, cuestionado por sus métodos autoritarios, sus tentativas de resucitar usos y costumbres de la época maoísta y algunos enredos financieros.

Este político cayó en desgracia la primavera pasada al verse involucrado en denuncias de corrupción. Actualmente está detenido en un lugar secreto.

Poco después del anuncio del fallo, las autoridades británicas saludaron la resolución del caso, indicó la embajada británica en Pekín.