Las cuatro integrantes de la compañía de cabaret Las Reinas Chulas están seguras de que el nuevo PRI regresará con toda la censura, corrupción y represión que ya se le conoce, pero corregidas y aumentadas.

Y para no quedar atrapadas en ese terror que creíamos superado, en ese panorama de desolación absoluta, han decidido levantarse de la tristeza y crear y compartir Pesadilla en la Peña del infierno, que se presenta hoy, el 24, el 25 y el 31 en el Teatro Bar El Vicio (Madrid 13, colonia Del Carmen, Coyoacán).

Las Reinas Chulas cumplen siete años de asumir el manejo de El Vicio como un espacio propio y celebran con esa obra, “un espectáculo surrealista, onírico, cabaretero, delirante, musical, bohemio, nocturno, con tintes de performance e instalación, y cuyo nombre lo dice todo”, comentan en entrevista Nora Huerta, Ana Francis Mor, Marisol Gasé y Cecilia Sotres.

Disidencia desde el escenario

“En estos siete años –dice Marisol Gasé— hemos entendido lo que es la disidencia y el activismo a través del escenario.”

Considera que El Vicio ha sido una plataforma para una telaraña de posibilidades inmensa: Ana Francis en la literatura y el activismo; Nora a partir de la academia y de llevar el cabaret a otro ámbito cultural; Cecilia en el entendimiento de todo un sistema de pedagogía, y Marisol en la radio, en el programa El Wueso, donde ha buscado llevar el cabaret y la farsa política.

Cecilia Sotres dice que en el montaje de Pesadilla en la Peña del infierno incluyen un video con una estética inspirada en cuadros de la pintora Lucía Maya, así como videos de la artista Ximena Cuevas y música de Yurief Nieves. Es un espectáculo muy contrastante entre, por un lado, la poética del texto, las imágenes y la música, y por el otro, el terror de la pesadilla.

Ana Francis Mor explica los motivos de ese terror. El punto de partida es: ganó el PRI... bueno, no ganó el PRI, pero ahí viene de regreso. Y no hay ningún indicio para que pudiéramos pensar que viene distinto, al contrario, tenemos pruebas de que regresa con toda la censura, la corrupción y la represión corregidas y aumentadas.

A Nora Huerta le parece interminable el panorama de desolación absoluta que padece México. Como si 12 años de panismo no nos hubieran enseñado nada. El futuro se observa turbio, como una realidad quizá más cruda y dolorosa que la actual.

Ante eso, agrega, el reto de hacer un espectáculo es levantarse de la tristeza y preguntarse: “¿Cómo nos vamos a plantar de nuevo en este escenario? Será un experimento que pondremos a prueba.

Si el cabaret ya era un asunto delirante y contestatario, ahora me parece que apostamos más a la inteligencia de las personas, a la catarsis y al pedacito de dignidad que cada uno tenemos guardado.

Huerta recuerda, sin embargo, que la sociedad mexicana también ha mostrado una capacidad extraordinaria para la organización de movimientos sociales y colectivos ciudadanos. Esa es la apuesta que nos queda durante seis años, dice, así como empujar para conservar los avances en la ciudad de México y ampliarlos al resto del país.

Gasé abunda y resalta que en Pesadilla... también se plantea que, más allá de partidos y personas, la sociedad civil tiene que despertar, y está despertando, tomando un camino, y eso es de lo que nos vamos a encargar Las Reinas Chulas.

Sotres refiere la importancia de la creación de un público de cabaret que también ha crecido en estos siete años y es exigente, además de tener con él un diálogo y un compromiso de calidad y profundidad en los espectáculos.

“El compromiso hacia adelante –comparte Huerta– es seguir generando un espacio de coincidencia, donde podamos mirarnos libremente a los ojos, compartir nuestras ideas de manera libre y aprovechar al máximo la noche, sus secretos, magia y delirios para seguir haciendo cabaret, vicio, música y perdición.”

El padrino de este año es el caricaturista Trino.