Madrid, 22 de agosto. El preso vasco Josu Uribetxebarria, que padece cáncer terminal, decidió hoy abandonar la huelga de hambre que había iniciado para exigir su liberación por razones humanitarias, una vez que la semana pasada el gobierno español del conservador Mariano Rajoy le concedió el tercer grado penitenciario.

Más de 180 presos vascos también estaban en huelga de hambre en solidaridad con Uribetxebarria, y 35 de ellos, entre los que figura el líder abertzale (nacionalista) Arnaldo Otegi, suspendieron hoy la medida de fuerza.

Uribetxebarria está en prisión por su pertenencia a ETA y haber participado en atentados y el secuestro del funcionario de prisiones José Ortega Lara, en 1995.

Desde hace un par de años sufre cáncer, que en las últimas semanas entró en su fase final, con una metástasis que según los informes médicos es mortal de forma inminente.

Debido a su grave estado clínico, el gobierno del derechista Rajoy le concedió el tercer grado penitenciario, como se establece en la legislación española y en la jurisprudencia internacional, que sostiene que en situaciones así se debe conceder la libertad al preso condenado al no existir riesgo de fuga y al tener prioridad el derecho a una muerte digna.

La concesión del tercer grado supondrá su liberación, sólo a la espera de que el tribunal de la Audiencia Nacional lo ordene.

El preso político etarra principió la huelga de hambre hace 15 días, cuando permanecía hospitalizado y no tenía noticias de la petición que habían realizado varias veces sus abogados.

Al ayuno se sumaron más de 180 presos y realizaron actos de protesta más de 450, que se solidarizaron con el preso enfermo. Fue hasta entonces que el gobierno reaccionó y decidió conceder el tercer grado.

Uribetxebarria explicó que dejaba la huelga de hambre por su situación de extrema debilidad y para priorizar mi vida.

Según explicó el vocero del colectivo de presos Herrira, Joan Garai, ha sido una decisión personal, aunque los médicos le dijeron desde un principio que en su estado no era conveniente iniciar una huelga de hambre. Es una buena noticia porque el conjunto de la sociedad vasca no quiere una nueva muerte a consecuencia del conflicto político. Le toca a la sociedad coger el testigo.

Otros presos que también abandonaron la huelga de hambre fueron el líder político Arnaldo Otegi, preso en una cárcel de Logroño, y el ex número uno de ETA Francisco Múgica Garmendia.

El gobierno de Rajoy ha recibido muchas críticas por parte de las asociaciones de víctimas de la violencia etarra y desde los sectores más radicales de la derecha y la extrema derecha, que ven en la aplicación de la ley penitenciaria una traición al objetivo de la derrota de ETA y una medida que fortalece al grupo armado.

Uno de los principales críticos es el jefe de la bancada popular en el Parlamento europeo y ex vicepresidente del gobierno durante la gestión de José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, quien representa al ala más dura de la derecha.