Querétaro, 1º de septiembre. Atlante venció 1-0 a Gallos Blancos, que no se recupera en este torneo y sigue en el último sitio de la tabla por el no descenso. A su vez, los Potros hilvanaron su partido número cinco sin derrota y sigue firme en su paso para pelear por un boleto a la liguilla.

El único gol de la tarde en el estadio La Corregidora fue obra de Esteban Paredes en una jugada que tuvo cierta dosis de accidente. En un arribo del jugador chileno ante una defensa agrietada y titubeante, recibió un rebote del propio pecho del zaguero y remató con un zurdazo implacable que terminó en la red al minuto 17.

Pese a la incompetencia para defender el arco, los azulgrana no lograron engordar el marcador, en una serie de intentos que fracasaron más por la inoperancia ofensiva que por la oportuna intervención.

El cuadro local parecía que no estaba consciente de su situación tan comprometida en el descenso, porque no despertaron ni dieron atisbos de querer mantenerse en el circuito. El equipo mostraba la misma confusión y falta de coordinación desde la última línea en la defensa hasta la punta ofensiva, regalando un partido que no supo ser aprovechado en todo su potencial por los de Cancún.

Los atlantistas desperdiciaron en más de una ocasión la oportunidad de humillar al rival, con yerros que caían de manera insistente, entre ellos Maidana, que durante cuatro oportunidades falló en el intento.

El propio Paredes, pese al gol de la victoria, también tuvo más de una ocasión en los pies pero la ansiedad lo llevaron a arruinar sus disparos.

Pese a tanto equívoco, Atlante consiguió una victoria jugosa que le permite seguir con pie firme rumbo a la clasificación, y demostrando que cada vez están más adecuados a la táctica que propone su técnico Ricardo La Volpe.