Cultura
Ver día anteriorMartes 4 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Fue la alegría más grande, se podía escapar, expresó el autor de Huerto cerrado

El autor peruano Alfredo Bryce Echenique, ganador del Premio FIL de Literatura 2012
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 4 de septiembre de 2012, p. 7

Guadalajara, Jal., 3 de septiembre. Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) fue declarado ganador de la 22 edición del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, correspondiente al año 2012, cuyo premio le será entregada en la inauguración de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el 24 de noviembre.

El autor peruano, enlazado vía telefónica desde Lima durante la rueda de prensa en la cual se anunció al ganador, dijo que ha pasdo tres días absolutamente callado tras enterarse de la noticia.

Como me dijeron que me callara y no dijera nada, estoy callado desde hace tres días, no me atrevo a hablar con nadie. Fue la alegría más grande, se podía escapar, dijo.

El jurado, que decretó ganador de forma unánime al cuentista y novelista, lo integraron Calin-Andrei Mihailescu, profesor y escritor rumano-canadiense; Jorge Volpi, novelista y ensayista mexicano; Julio Ortega, crítico y escritor peruano, y Leila Guerriero, periodista argentina.

También estuvieron como jurados Margarita Valencia, crítica literaria, traductora y editora colombiana; Mark Millington, doctor en literatura latinoamericana por la Universidad de Cambridge, y Mayra Santos-Febres, escritora y directora del Festival Literario de San Juan de Puerto Rico.

“Alfredo Bryce Echenique es una de las figuras fundamentales de la literatura latinoamericana. Su obra ha atravesado e influido a varias generaciones desde la publicación de su primer libro de cuentos, Huerto cerrado. Su prosa está plena de humor, sentido satírico y estupendo registro de la oralidad. Desde una melancolía bien temperada y una irónica nostalgia por los años idos, construye mundos y personajes entrañables con quienes los lectores establecen empatía inmediata”, dice el acta del jurado, a la que dio lectura Mihailescu.

“Es autor de Un mundo para Julius (1970), novela que se ha vuelto imprescindible, y de una obra prolífica, que incluye las novelas La vida exagerada de Martín Romaña (1981), El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (1985) y No me esperen en abril (1995), entre otras. Este gran cronista de la vida y las búsquedas literarias y políticas de los latinoamericanos de su generación explora temas que rozan la enfermedad, la felicidad, el amor y la tristeza, y se mueve con igual eficacia por el cuento y la novela”, concluye.

Al anuncio asistieron Consuelo Sáizar, directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Raúl Padilla López, presidente de la FIL Guadalajara, y Francisco Ayón, alcalde de Guadalajara, entre otras personalidades.

Plagio, política y literatura

Durante la conferencia rondaron las preguntas al autor peruano acerca de la historia de sus presuntos plagios literarios, pleito judicial que insistió se inlina en su favor y en el cual se le había regresado una multa que en su momento le fue impuesta por los tribunales peruanos.

“Ese es un juicio absolutamente irregular que voy ganando uno tras otro a todos –digamos así– mis adversarios. Era anticonstitucional, nunca supe nada, vivía en Barcelona y jamás se me notificó, un juicio tiene que ser notificado a víctima y acusado. Hasta ahora todo va muy bien, voy ganando, se me ha devuelto el dinero de la multa que se me cobró y mi principal acusador ha sido a su vez acusado por la revista Caretas, de Lima, de haber plagiado sistemáticamente durante años material de esa publicación”, informó.

Consideró que el juicio es una trama de una persona para ocultar sus propios plagios.

Las preguntas dieron pie para que reflexionara también sobre México, país en el que dijo ha vivido varios de los mejores momentos de su vida y que ha recorrido por completo, del cual recuerda con dolor la reciente muerte de Carlos Fuentes.

Los cambios políticos en México deberían ser para bien, para tener un mejor país. Es un país difícil, en el sendero del narcotráfico, con grandes guerras, muertos y heridos, algo que se contradice con mi visión afectuosa y agradecida de él, agregó.