Los espacios culturales independientes, locales autogestivos, volvieron a la cargada para exigir su derecho a no ser tratados por las autoridades en el Distrito Federal como cantinas, table dance o simple bar, debido a la Ley de Establecimientos Mercantiles.

El miércoles pasado, en el Multiforo Alicia se realizó la charla Espacios culturales autónomos e independientes, cuyo propósito fue plantear el problema en torno a la existencia de esos lugares que, al margen de su dinámica (es decir, aunque expendan bebidas alcohólicas), promueven la cultura, sobre todo la musical.

Estuvieron presentes el escritor y activista Paco Ignacio Taibo II, representante de la Brigada para Leer en Libertad, la cual ha publicado 50 libros, regalado 200 mil ejemplares y organizado más de 200 ferias de libro alternativas; Toby, de la Biblioteca Social Reconstruir (que reúne una de las más grandes colecciones de textos sociales y anarquistas en Latinoamérica); Adi Palmolive y Gustavo Mondragón, del espacio Under; Yocupitzu, integrante de la banda Los de Abajo y representante del Multiforo 246, así como Carlos Esparza, anfitrión el Multiforo Alicia.

Esta lucha tiene alrededor de tres lustros, casi desde la apertura del Alicia. Se han discutido infinidad de veces reformas a la legislación para distinguir esos espacios de los comerciales, pero no ha fructiferado. Incluso, en 2004 surgió Recia (Red de Espacios Culturales Independientes Alternativos), la cual pretendía defender su existencia y reformar la ley mediante la creación de una nueva figura que dé a esos foros un trato fiscal y jurídico que les permita sobrevivir, pero a la fecha, sin resultado. Aunque en ese tiempo Recia entabló diálogos con las delegaciones y el Gobierno del Distrito Federal, dichos foros fueron acosados y cerrados.

Paco Ignacio Taibo II aseguró: Parece departamento de quejas, pero no hemos sido capaces de construir una fuerza que pueda operar. Hay que construir un poder, un frente amplio en el que quepa desde el anarquista punk más furibundo hasta el más socialdemócrata. Construir significa elaborar estructuras de poder y hacer política.

Abundó: “Hay que crear un poder. Somos mendigos tocando la puerta de unos pinches burócratas que están perdidos en el puto desierto (unos en las mordidas y otros en la insensibilidad). Tiene que ver el poder, porque le das un pendejo o pendeja el control de una puerta y lo primero que hace es pararse en la puerta, controlar el territorio y al final, decir: ‘tú no’. No mamen…”

El escritor dio un valioso consejo para los representantes de esos sitios: ¿Cómo se negocia? Pues pides el derecho que te asiste a tener un espacio físico con reglas autogestivas. En cuanto al sustento, ya se buscarán mecanismos de sostenimiento, pero el espacio, no vemos por qué por razones de purismo no tenerlo. Se hizo con nuestros impuestos. Frente al espacio público no hay de que ellos y nosotros. No. Tenemos que construir una fuerza. Cómo le van a dar mejor trato a un Oxxo, que está abierto hasta las cinco de la mañana, y a nosotros no.

Llamó Taibo a “ejercer una lucha contra estas capas burócratas en términos, no de confrontar, sino de exigir nuestros derechos. Si cada uno de los grupos reunidos aquí y los que faltan están uno por uno peleando en la delegación por los permisos, vale madre. Hay que sentarse todos juntos con la delegación y decirle: ‘éstas son las reglas del juego’. Escuchar las suyas, negociar en términos democráticos. La Brigada para Leer con Libertad ha construido un poder y lo ha ejercido”.

Yocupitziu, del 246, propuso formar un bloque de lugares similares, “un muro hecho por todos los foros de este tipo para que, cuando nos quieran clausurar por cualquier pretexto, estemos unidos.

Estamos bombardeados por la policía y la delegación nos acusa de que la gente se droga adentro, pero es un espacio para el arte y para jóvenes que no tiene chance de tocar en otros lugares, que son rechazados por el Bulldog o El Imperial. Los permisos son el principal problema. Espero que nos ayuden a no ser tan acosados.

Adi Palmolive y Gustavo Mondragón aseguraron que para obtener un permiso en la delegación te tardas hasta dos años. Lo mejor es autogestionar tu espacio, con las ganancias pagar todo y no esperar a que te dé el gobierno para tu proyecto. Decidimos nunca verle la cara al gobierno, sea verde, amarillo o azul.

Toby, de la Biblioteca Social Reconstruir (que inició el anarquista Ricardo Mestre), comentó que ésta no tiene un espacio, pero es dueña de uno de los acervos de textos sociales y anarquistas más completo de Latinoamérica. Nosotros no queremos deberle nada a nadie.

Taibo II le reviró que para ese acervo se puede conseguir una casa de cultura para colocar la biblioteca y, en cuanto a los espacios donde se toca música, que haya reunión de todos los grupos para que pidan una cita con el delegado, a partir del primero de octubre, para decirle cuáles son las reglas. Me parece que si la biblioteca quiere ser autogestiva es legítimo, pero por qué no se puede establecer en una casa de cultura, que, como los parques o las esquinas, son nuestras, no son de las administraciones. No podemos renunciar a la sociedad colectiva.

Los reunidos concluyeron que volverán a formar una unidad para continuar con su lucha por la definición y respeto ante este maremagno de crisis burocrática que aqueja al país. Diría Taibo, con esta guerra.