La filtración se hizo desde la alcaldía controlada por el Partido Popular
Viernes 7 de septiembre de 2012, p. 31
Madrid, 6 de septiembre. Puta
, zorra
, guarra
y asquerosa
fueron algunos de los insultos que tuvo que escuchar la concejal socialista Olvido Hormigos a su llegada al pleno de la pequeña localidad de Los Yébenes, en la provincia de Toledo y en Castilla La-Mancha.
Los vecinos desataron su ira y estuvieron a punto de lincharla por la difusión de un video erótico personal en el que apareció masturbándose y que fue sustraído sin su autorización y posteriormente difundido entre la gente del pueblo y las inmediaciones. La filtración del documento se realizó desde la alcaldía del pueblo, gobernada por el conservador Partido Popular (PP).
Fue –como dijo una periodista indignada tras conocer el episodio– una escena de la España negra, rancia e inquisitorial
de otras épocas, pero que continúa muy viva en una parte del país, sobre todo en los rincones más conservadores y puritanos. Un nuevo agravio contra una dirigente política socialista, que tras el escándalo anunció su dimisión y después, tras recibir numerosas muestras de apoyo, decidió mantenerse en el cargo.
Pero el origen de la polémica se remonta a la difusión la semana pasada de un video íntimo en el que la política española aparecía desnuda de la cintura para arriba y durante dos minutos se masturbaba. El documento estaba destinado a su marido y era estrictamente personal, pero alguien lo sustrajo de su computadora personal y lo distribuyó entre los vecinos del pueblo y de los alrededores.
Hormigos, profesora de educación infantil, casada y con dos hijos, se convirtió entonces en el centro de la ira popular del pueblo de Los Yébenes, gobernado desde hace varias décadas por la derecha y un reducto de conservadurismo y religiosidad radical.
Los primeros días de la difusión del video, la política española sufrió un auténtico linchamiento tanto de su pueblo como de la propia alcaldía de su ciudad, cuyo alcalde, el conservador Pedro Acevedo, aseguró que la víctima del robo y difusión del video había presentado su dimisión por un tema escabroso
. Mientras que la propia afectada se limitó a explicar que lo único que pretendía era no perjudicar más a sus hijos y a su marido
.
Pero una vez saltó la noticia a los medios nacionales y a las redes sociales, de inmediato el asunto se convirtió en uno de los más comentados y populares, la mayoría con gestos de apoyo ante lo que se consideró un linchamiento
de los estamentos más conservadores del país, además de una presunta venganza política
por parte del PP de la región y del propio alcalde.
De hecho, la afectada aseguró que tenía pruebas de que el documento se había filtrado desde una computadora de la alcaldía y que desde ahí se había distribuido a numerosas direcciones. Una prueba que además ya investiga el fiscal y que el juez que lleva el caso ya imputó al menos a un vecino.
Pero si grave era el robo y la difusión del video personal sustraído, además del linchamiento mediático por parte de las autoridades públicas y religiosas del pueblo, lo más grave estaba todavía por ocurrir: cuando Olvido Hormigos decidió no presentar su renuncia y acudir, como siempre, al pleno del ayuntamiento se encontró con la escena en la que sus propios vecinos la recibieron con insultos de zorra
, puta
y asquerosa
.
En el linchamiento popular había familias enteras, con niños en brazos, ancianos y mujeres encolerizadas que le gritaban a la mujer sinvergüenza
y guarra
.
A pesar de la gravedad de los hechos y del hostigamiento que había sufrido la concejal socialista, el alcalde de la localidad, del PP, le negó el uso de la palabra y se limitó a informar que la mujer agredida había decidido no presentar su renuncia y que, por lo tanto, seguía siendo concejal.