Opositores a Vladimir Putin censuran los golpes publicitarios
Sábado 8 de septiembre de 2012, p. 25
Moscú. El presidente Vladimir Putin se ha lanzado nuevamente a la aventura. Después de domar caballos, tigres y ballenas, su más reciente despliegue varonil para las relaciones públicas fue guiar grullas en peligro de extinción hacia el sur. Sus opositores graznaron en protesta.
Este viernes Putin dio la bienvenida a jefes de Estado y de gobierno en Vladivostok para la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico. El Kremlin construyó un complejo de edificios en una isla cercana a la ciudad portuaria, en preparación para la cumbre, que costó cerca de 15 mil millones de dólares. Aquí, Putin estrechó la mano del presidente chino, Hu Jintao, y de la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, quien asistió en representación del presidente Barack Obama.
Pero en su traslado hacia el este para llegar a la cumbre, Putin hizo una parada en el círculo ártico –el miércoles– para cumplir una misión para la cual, según el Kremlin, se preparó arduamente durante año y medio: ayudar grullas en peligro de extinción.
En un claro del bosque, a 2 mil kilómetros al noreste de Moscú, Putin se enfundó en un traje blanco y gogles negros de aviador antes de abordar el asiento de un aeroplano ultraligero. Al tiempo que altavoces reproducían el graznido de una grulla llamando a sus crías, Putin alzó el vuelo y un grupo de jóvenes aves huérfanas lo siguieron. Permitieron que el aparato los guiara hacia su hábitat invernal, en el sur.
En otras palabras, el hombre fuerte de Rusia se puso a la cabeza de una parvada de garzas blancas siberianas, mismas que son veneradas como dioses
por la población local, según dijo un reportero del diario gubernamental Rossiyskaya Gazeta.
Es, otra vez, esa temporada del año, cuando el otoño marca el comienzo de la migración de las aves hacia climas más cálidos, que las preocupaciones sobre la imagen de Putin han llevado a los estrategas de las relaciones públicas del Kremlin a recurrir nuevamente a la naturaleza.
Acercamiento personal con tigres y ballenas
En 2007 el presidente recorrió Siberia a caballo, con el torso desnudo. En 2008 disparó un dardo tranquilizante a un tigre siberiano para que el animal, también en vías de extinción, pudiera ser estudiado. En 2010 disparó dardos contra una enorme ballena que se encontraba en una bahía cubierta por la niebla para que científicos pudieran recolectar muestras de los tejidos del animal.
A Putin le encanta presentarse como amante de la naturaleza y disfruta de esos golpes publicitarios que normalmente agradaban a la mayoría de la población rusa, esto es, hasta el año pasado, cuando dejó de suceder.
En agosto de 2011 Putin se puso un traje de neopreno y se sumergió en aguas poco profundas del mar Negro. Cuando volvió a la superficie traía dos antiguas urnas, ostensiblemente del siglo VI, si bien se veían sorprendentemente limpias y brillantes a la luz del sol.
Eso fue un montaje demasiado obvio incluso para Rusia, tierra natal del príncipe Potemkin, ministro de Catalina la Grande, quien supuestamente usaba enormes murales para crear la ilusión de aldeas que en realidad no existían.
La opinión pública se volvió contra el Kremlin. En septiembre pasado Putin, quien fungía como primer ministro, anunció el largamente planeado enroque, en el que cambió roles con el entonces presidente Dimitry Medvediev, lo que provocó un sentimiento de indignación y originó una ola de manifestaciones de dimensiones que Rusia no había experimentado en décadas.
La misión de rescate de las grullas también deja al Kremlin con explicaciones qué rendir. Oficialmente el presidente gana el equivalente a sólo 84 mil euros al año. Él asegura haber pagado por el aeroplano ultraligero que, según medios rusos, tiene un costo estimado de 18 mil euros. El aparato no aparece en el documento público en que Putin declara sus ingresos y propiedades.
Putin debería emigrar junto con las grullas
Para Masha Gessen, periodista y autora del libro crítico a Putin titulado El hombre sin rostro. El improbable triunfo de Vladimir Putin, el circo del Kremlin ha sido costoso. La comunicadora perdió su puesto como editora en jefe de la publicación Vokrug Sveta (Alrededor del Mundo), equivalente ruso a National Geographic, después de que se negó a enviar a un reportero a cubrir el vuelo de Putin con las garzas, a pesar de presiones de los directivos de la revista.
Aun así, Internet está repleto de opiniones que ridiculizan la proeza de Putin. En redes sociales, como Facebook y Twitter, circulan fotos manipuladas que incluyen una que muestra a Putin con el pecho desnudo montando un tiburón. Al parecer, ser presidente es muy aburrido para Putin, criticó Anton Orech, cometarista estrella del programa radiofónico crítico Eco de Moscú.
De hecho, Orech sugirió que sería mejor para el jefe del Kremlin, quien aparentemente se prepara para ser el padre de las garzas, permaneciera todo el invierno en el sur, al lado de su progenie. Así, al menos, no tendremos que verlo de septiembre a marzo
, señaló.
© 2012, Der Spiegel
Traducción del alemán al inglés: Ella Ornstein
Traducción: Gabriela Fonseca
(Distributed by The New York Times News Service and Syndicate)