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El nuevo álbum del cantautor saldrá a la venta mañana en Estados Unidos

Tempest, curiosa compilación de todo y nada, afirma Bob Dylan

Con temas repletos de referencias bíblicas, el músico explora las profundidades de la naturaleza humana, sus grandezas y bajezas, su búsqueda de amor y de venganza, la violencia y la muerte

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Bob Dylan a principios de año durante un concierto en Los ÁngelesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de septiembre de 2012, p. a16

París, 9 de septiembre. Objeto inagotable de retrospectivas y homenajes, Bob Dylan es una leyenda viviente de la música popular estadunidense del siglo XX, pionero de la canción comprometida y gran influencia para varias generaciones de artistas. El músico continúa su carrera, que empezó hace 50 años, con un nuevo álbum, Tempest, el cual saldrá a la venta este martes en Estados Unidos.

Es el primer álbum de canciones originales de Dylan desde Together Through Life, publicado en 2009, el mismo año que su disco de cantos tradicionales de Navidad, Christmas in the Heart.

Robert Allen Zimmerman, su verdadero nombre, de 71 años, convertido al cristianismo en 1979, quería en un primer momento que todo el disco girara alrededor del tema de la religión.

Pero no tenía suficientes canciones. Se necesita mucha más concentración para sacar 10 sobre el mismo tema que para el disco al que llegué, confió a la revista estadunidense Rolling Stone.

Tempest es, por tanto, una curiosa compilación de todo y nada, del que hay que esperar que salga algo, explicó.

Aunque no evoque directamente la religión, Tempest, cuyos textos están repletos de referencias bíblicas, explora las profundidades de la naturaleza humana, sus grandezas y bajezas, su búsqueda de amor y de venganza, la violencia y la muerte.

Aparente ligereza

El video del primer tema del álbum, Duquesne Whistle, resume el espíritu del disco, en el que una aparente ligereza esconde ambientes más amenazadores. La canción Tempest relata, durante 14 minutos, en un relato al estilo del story-telling, el naufragio del Titanic.

Con música tradicional irlandesa, Dylan describe las visiones macabras y los actos valientes.

En Roll on John, uno de los momentos más emotivos del álbum, Dylan evoca el asesinato de su amigo John Lennon y reproduce un pedazo de A Day in the Life, de los Beatles.

La musicalidad de este disco número 35 de estudio, fue unánimemente saludada por la crítica anglosajona.

Dylan, quien tiene la reputación de dar conciertos a veces difíciles, presenta con Tempest un disco accesible y variado, anclado en las raíces de los géneros musicales estadunidenses: el rock, el blues, el folk y el jazz.

La salida a la venta del álbum, 50 años después del primer disco epónimo bajo el sello Columbia, ya es celebrado en Internet luego de la campaña de promoción organizada por la empresa discográfica.

De trovador de folk en los cabarets de Greenwich Village en Nueva York, en los albores de los años 60, hasta la superestrella condecorada en mayo pasado por uno de sus fans, el presidente estadunidense Barack Obama, Robert Allen Zimmerman siempre ha seguido su propio camino de genio musical, rebelde e impredecible.

Nieto de inmigrantes judíos rusos, nacido el 24 de mayo de 1941 en Duluth (Minnesota), continúa paseando su armónica y su guitarra por las cuatro esquinas del planeta en una gira denominada Sin fin, que recorrió este verano Europa y continuará por Estados Unidos hasta finales de noviembre.

Aunque no haya lanzado más que un pequeño número de grandes álbumes tras la apoteósis creativa de los años 1965-1975, sigue siendo –junto al tandem Lennon-McCartney– uno de los cantautores más influyentes de la historia de la música, muchas veces copiado, pero nunca igualado.

Durante su juventud, como la mayor parte de los adolescentes estadunidenses, Bob sucumbió al encanto del rock con Elvis Presley y Jerry Lee Lewis antes de formar su propio grupo.

En 1959, cuando era estudiante en la Universidad de Minnesota, descubrió a los pioneros del blues, del country y del folk: Robert Johnson, Hank Williams y Woody Guthrie. En esa época, adoptó el nombre artístico de Bob Dylan.

Tras dejar los estudios, se trasladó a Nueva York en 1961 para frecuentar la escena musical embrionaria de Greenwich Village.

Su primer álbum, Bob Dylan (1962), fue un fiasco. Sin embargo, la apertura se produjo en 1963 con The Freewheelin Bob Dylan y sus dos temas folk de protesta: Blowin’ in the Wind (La respuesta está en el viento), una canción pacifista que fue himno de los años 60 contra la guerra de Vietnam, y A Hard Rain’s A-Gonna Fall.

En 1963 participó en la marcha hacia Washington, junto a Martin Luther King.

The Times They Are A-Changin es la canción que dio título a su tercer álbum, en 1964. Su éxito asentó su reputación, al tiempo que se alejaba del movimiento contestario estadunidense. A modo de adiós, escribió It Ain’t Me Babe, incluida en el álbum significativamente llamado Another Side of Bob Dylan.

Se vinculó con la cantante Joan Baez, con la que durante un tiempo formó la pareja del rey y la reina del folk.

En 1965, con el álbum Bringing it All Back Home Dylan transformó la escritura de canciones, al fusionar sus textos poéticos y surrealistas con el ritmo del rock.

Su obra maestra Highway 61 Revisited (1965), con la canción Like a Rolling Stone, y el álbum doble Blonde on Blonde (1966) alcanzaron la cumbre del rock-folk.

Sus lentes negros, sus rizos y su sombrero volvieron al músico icono. En 1966, tras un accidente de moto, se retiró a vivir con su mujer, Sara, con quien se había casado el año anterior.

Reapareció en 1969 con el álbum puramente folk John Wesley Harding, seguido por Nashville Skyline y sus melodías country a dueto con Johnny Cash.

Distanciamiento con el folk y la izquierda

Dylan se fue distanciando de los fans del folk y de los ambientes de izquierda, con lo que evitó ser estandarte de las protestas y de las luchas sociales de la época.

Tras el muy criticado Self Portrait, realizado en 1970, Bob Dylan mantuvo un bajo perfil hasta 1975, cuando apareció Blood on the Tracks, concebido durante su separación de Sara.

A finales de la década de 1970, descubrió el cristianismo y desconcertó a una parte de sus fans al convertise a esa religión.

A partir de los años 80, su extraordinaria creatividad se agotó, pese a lo que se mantuvo sin descanso en la ruta, no siempre convincente. Este verano estuvo en Francia, en el Festival des Vieilles Charrues, en el que su actuación decepcionó.

En 2011 se presentó por primera vez en un polémico concierto en China, así como en Vietnam.

El cantautor tuvo muchos imitadores en la década de 1970 e influenció a numerosos artistas y grupos, como a Leonard Cohen, David Bowie, Jackson Browne, Bruce Springsteen, Talking Heads, The Clash, The Doors, Nick Cave y Lenny Kravitz.

Allí donde se crea buena música rock está la sombra de Bob Dylan, ahora y siempre, dice Bruce Springsteen.