Berlín, 13 de septiembre. Los medios alemanes consideran el principio del fin de uno de los grandes tabúes en el futbol, y hasta la canciller Angela Merkel celebró la noticia: por primera vez un jugador de la Bundesliga confesó su homosexualidad.

Tengo que ser un actor día tras día y negarme a mí mismo, dijo el futbolista en condición de anónimo a la revista Fluter, publicada por el Centro Alemán de Formación Política.

El jugador se oculta por temor a los medios y a los hinchas: Si mi sexualidad se hiciera pública, ya no estaría seguro.

Pero advierte que no sabe cuánto resistirá en silencio. No sé si podré soportar hasta el fin de mi carrera la presión creciente entre el modelo de jugador heterosexual y el posible descubrimiento.

La entrevista tuvo una amplia repercusión en Alemania. El diario sensacionalista Bild, el más leído del país, destacó que es la primera vez que un jugador da ese paso en la Bundesliga.

Para el semanario Die Zeit comenzó el fin del tabú. Aunque la entrevista sea anónima, hasta ahora no hubo nada similar en Alemania. Es algo nuevo y tan valiente que merece un enorme respeto. Y es algo trágico.

La canciller Merkel se interesó por el caso y ayer envió un mensaje de aliento a los jugadores gays: “Soy de la opinión de que todo aquel que asuma el riesgo y tenga el valor –de confesar su homosexualidad– debe saber que vive en un país donde no tiene nada que temer. Es mi mensaje político. No deben tener miedo”.

Sin embargo, el tabú de la homosexualidad en el futbol alemán todavía sigue atrapado en los prejuicios y el silencio.