El rector de la Universidad Iberoamericana (Uia), José Morales Orozco, aseguró que para disminuir el rezago educativo en la población juvenil debe operarse un cambio radical en el modelo educativo del país, de lo contrario, dijo, el número de jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis) seguirá en aumento.

Señaló que deben cambiar las relaciones entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que obstaculizan el mejoramiento de la calidad en la educación y el rendimiento académico.

“Mientras el sistema no asuma este desafío, estos ninis siempre existirán, porque el gobierno no tendrá la capacidad, primero, de ofrecer una educación de calidad, y luego, de retenerlos. Es muy preocupante que haya jóvenes que no tienen acceso a la educación y por medio de ésta a una movilidad social.”

En entrevista luego de asistir a la ceremonia por el décimo aniversario del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (Inide) de la Uia, el rector dijo que el problema de los ninis también se debe a que en México hay una gran inequidad educativa.

Desafortunadamente, el gobierno gasta más en quienes menos necesidades tienen y menos en los jóvenes que más requieren una educación de calidad; esto produce una seria desigualdad en nuestro país.

Recordó que la mayoría de los jóvenes abandonan sus estudios en el nivel básico y medio superior, ya que en algunos casos por falta de recursos económicos requieren laborar, “y ahí es donde se inicia la desigualdad que produce que los alumnos deserten y que haya ninis”.

Añadió que las autoridades tienen que hacer un esfuerzo para disminuir el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, ofreciéndoles un lugar en las aulas, así como una educación de calidad y reincorporar al sistema educativo a los jóvenes que han desertado.

Durante su intervención en la celebración del Inide, Morales Orozco agregó que la poca calidad y la inequidad de la enseñanza en México “son los dos grandes retos que tiene nuestra educación, que además de ser fruto y causa de la desigualdad que vivimos, son reproductoras de un sistema injusto.

Mientras no rompamos ese círculo vicioso en el que vivimos en el ámbito del modelo educativo que tenemos en México, será imposible que la enseñanza, tal como la tenemos ahora, sea un instrumento de movilidad social, concluyó.