En México, la población femenina de las cárceles ha crecido de forma notable en los recientes 10 años, sin que eso se haya traducido en la adecuada atención de sus necesidades, ya que la gran mayoría mantiene a sus hijos con ellas después de dar a luz en prisión, pero sin tenerlos en un área donde puedan recibir educación inicial, o incluso purgan su condena en centros penitenciarios mixtos, advirtió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Mediante un comunicado, el organismo dirigido por Raúl Plascencia Villanueva informó que en México 4.72 por ciento de los reos son mujeres (un total de 11 mil 172 personas), quienes sufren discriminación y no son tomadas en cuenta en las acciones, programas, tareas de planeación, uso de espacios y atención.

Este año, recordó la CNDH, se reformó la Ley de Normas Mínimas, la cual indica que los hijos de mujeres recluidas, en caso de que nazcan dentro de la institución, recibirán educación inicial y prescolar hasta la edad de seis años.

Dicha reforma presupone que los menores permanezcan junto a su madre, en instalaciones debidamente diseñadas o adaptadas para ello; con personal médico calificado, trabajadoras sociales y funcionamiento de guarderías en el interior de los centros penitenciarios. Sin embargo, en muchos de éstos se carece de la infraestructura necesaria mínima.

De los 418 establecimientos penitenciarios que hay en el país, únicamente 13 albergan exclusivamente mujeres, y tienen una capacidad instalada para 3 mil 56 personas, aunque en realidad hay 3 mil 610 reclusas; las 7 mil 573 mujeres restantes se encuentran en centros mixtos.