Participaron 15 mil 638 elementos, 480 vehículos y 92 aeronaves; la Policía Federal, presente
Lunes 17 de septiembre de 2012, p. 4
El desfile por el 202 aniversario del inicio de la guerra de Independencia tuvo sabor a despedida para Felipe Calderón, quien en menos de tres meses entregará la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto.
El paso marcial de 15 mil 638 elementos, más el despliegue de armamento sofisticado, pertrechos, 480 vehículos y 92 aeronaves, de las cuales han podido dotarse las fuerzas armadas y la Policía Federal gracias a su creciente presupuesto, enmarcaron la parada militar de este domingo, que se caracterizó por el estruendo de juegos pirotécnicos y por el sobrevuelo de aviones supersónicos (F-5) que provocaron en Calderón una larga sonrisa que parecía interminable.
Tras una hora 52 minutos, el desfile concluyó sin novedad
, según el parte que rindió el general de división Augusto Moisés García Ochoa, comandante del desfile y uno de los militares de alto rango con altas posibilidades de suceder al general Guillermo Galván Galván al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La parada militar transcurrió entre el agrado de miles de personas que atiborraron el primer cuadro de la ciudad de México y buena parte de Paseo de la Reforma. El desfile empezó en punto de las 11 de la mañana, bajo un cielo nublado que presagiaba lluvia torrencial.
El primer acto fue la caída desde el aire de una veintena de miembros del batallón de fusileros paracaidistas. Los paracaidistas descendieron uno a uno de los aviones C27-J Spartan, definidos como de transporte táctico medio para 46 paracaidistas o 60 soldados y una capacidad de carga de 11.5 toneladas.
Instantes después del descenso de los paracaidistas, cuatro aviones F-5, supersónicos, seis aeronaves tipo Pilatus, de reciente adquisición, y tres Hércules sobrevolaron el Zócalo.
El desfile estuvo integrado por más de 100 unidades del Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea y la Armada de México, así como de la Policía Federal y jinetes de escuelas de charrería, cuyos contingentes fueron motivados con aplausos de los ciudadanos que se instalaron en banquetas y camellones.
A su paso frente al balcón central de Palacio Nacional, cada unidad entonó su propio himno, al tiempo que Felipe Calderón saludaba a los contingentes en un gesto que también parecía de despedida.
Durante su trayecto por las calles del Distrito Federal, las integrantes de la Escuela Médico Militar y las mujeres de las asociaciones de charros fueron las que se llevaron el mayor número de aplausos y también piropos.
El Ejército exhibió unidades de reciente adquisición, como los vehículos Sandcat y tractocamiones para consultorios móviles. También llamó la atención la presencia de unidades de control vehicular equipadas con rayos X y gamma.
La exhibición de vehículos artillados con cañones calibre 105 mm, fusiles Barret calibre 50 y lanzagranadas calibre 40 llamó la atención de niños y adultos. A su vez, la Armada mostró unidades Unimog todoterreno y los llamados anfibios para incursiones a tierra por mar.
Ambas fuerzas presentaron sus equipos de apoyo a la población civil, que incluyeron perros entrenados, trascavos, ambulancias, cocinas comunitarias y embarcaciones de rescate. La Policía Federal marchó con motociclistas, personal de operaciones anticrimen, unidades tácticas femeniles y fuerzas federales de apoyo. También participaron agrupamientos de seguridad penitenciaria, de inteligencia, antidrogas y de investigación. Caballería y juegos pirotécnicos dieron el cerrojazo al desfile.