Un análisis de la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la capital sobre el resultado de los comicios del 1º de julio pasado, comparado con la elección concurrente presidencial de 2006 y las intermedias de 2003 y 2009, sostiene que mientras incrementó su votación para la jefatura de Gobierno, la ha venido perdiendo para diputaciones locales y jefaturas delegacionales.

En el caso del Partido Acción nacional (PAN), el mismo estudio indica que también ha venido de más a menos, pero este año sufrió una caída drástica. Y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que había tenido una participación testimonial, sin poder concretarse como partido orgánico en la ciudad, comenzó a repuntar desde hace tres años en las votaciones para diputados y jefes delegacionales.

El documento comienza por revisar la situación del PRD a partir de cuatro fases: en el arranque del proceso, donde se privilegió la encuesta como mecanismo para decidir, primero, la candidatura a la jefatura de Gobierno, y posteriormente las jefaturas delegacionales; en una tercera etapa se concretaron las alianzas con el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), y a partir de esto se definieron las candidaturas para las diputaciones locales.

Estos mecanismos de elección, señala el escrito, tuvieron algunas dificultades, y retrasó concretar acuerdos de listas definitivas de candidatos, pero se cerró de manera positiva concretando la alianza electoral por medio de candidaturas comunes.

Si bien el análisis considera que se aprovecharon las debilidades de PAN y PRI, resalta que en los procentajes de la votación, salvo en la elección de jefe de Gobierno, donde se incrementó la votación 26 por ciento respecto de la elección de 2006, en el caso de diputaciones y jefaturas delegacionales mantuvo una tendencia descendente.

Así, al comparar 2006 y 2012, la votación para estos dos últimos cargos de elección bajó 10 y 5 por ciento, respectivamente, mientras que, al comparar las intermedias de 2003 y 2009, el porcentaje a la baja fue de 26.4 y 7 por ciento, en el mismo orden.

Sobre el PAN, señala que, después del llamado efecto Fox en 2000, sufrió este año una caída drástica con un retroceso de más de 50 por ciento en su votación de jefe de Gobierno, y si bien perdió dos de las tres delegaciones que gobernaba, y la que conservó fue por apenas una mínima ventaja, en su votación para diputados se mantuvo como segunda fuerza, dejando de manifiesto una presencia más territorial.

En el caso del PRI, advierte que al haber sido desplazado por el PAN se había convertido en partido testimonial en las elecciones de 2000, 2003 y 2006, y su mejor presencia electoral la había tenido en Milpa Alta, sin haber ganado dicha demarcación, pero a partir de 2009, sin haber consolidado una presencia estructurada y manteniendo su división interna entre grupos territoriales y oficialistas, empieza a tener un crecimiento en la elección de jefe de Gobierno de 9 por ciento este año respecto de 2006, mientras que, al comparar las intermedias de 2003 y 2009, su votación para diputados creció 27.8 por ciento, y para delegados 24 por ciento.

Al comparar 2006 con 2012, la votacion del PRI para diputados creció 42.7 por ciento, y para delegados, 40.8 por ciento.