El número de trabajadores fallecidos por el accidente ocurrido en el Centro Receptor de Gas y Condensados en Reynosa, Tamaulipas, ascendió a 30, confirmó Petróleos Mexicanos (Pemex).

José Roberto Ortiz Marquez, de 57 años de edad, murió ayer a consecuencia de las quemaduras sufridas por la explosión del pasado 18 de septiembre. Su estado de salud se reportaba grave y había sido trasladado al Hospital central sur de alta especialidad Pemex Picacho, de la ciudad de México.

Por otro lado, el Instituto Mexicano del Seguro Social dio de alta a tres trabajadores de empresas contratistas: Herminio Martínez Osorio, Ricardo Gómez Castro y Daniel Vazquez Niño.

El director corporativo de administración de Pemex, Agustín Castro, y el subdirector de servicios médicos, Víctor Manuel Vázquez Zárate, se trasladaron desde el miércoles por la noche a Reynosa para supervisar la atención a los trabajadores lesionados y coordinar el apoyo a los deudos de los fallecidos.

La planta donde ocurrió el incendio transportaba unos 800 millones de pies cúbicos diarios del energético. Después del accidente, Pemex aseguró que el abasto de gas está garantizado, ya que se abrieron opciones para su importación y suministro oportuno.

Con dianas, cantos y llantos fue despedido el bombero Nelson Gómez. También fue sepultado Fernando del Ángel Zamora, trabajador de una empresa privada, quien murió atropellado.

Ayer a las 8:30 de la mañana el presidente municipal encabezó un acto luctuoso en honor de los 30 obreros fallecidos, frente al monumento al petrolero, ubicado en la carretera Reynosa-Matamoros. El edil de extracción priísta Everardo Villarreal, además de hacer alusión a la tragedia, destacó que la explosión en planta de gas natural obliga a las autoridades a replantear un reordenamiento territorial.

Dos horas después se encendieron las sirenas en el departamento contra incendios de Pemex. Un grupo de bomberos ingresó a la funeraria Valle de la Paz. En silencio tomaron las cenizas de Nelson Gómez, quien desde hace 16 años tenía un puesto transitorio en esa corporación y hasta su muerte no obtuvo la base. La esposa del fallecido, Mary, y la hija de ambos, Mayra, acompañaron el traslado de los restos al centro de trabajo.

Funcionarios de la paraestatal e integrantes del gremio petrolero participaron en el homenaje. Doce empleados de Pemex integraron una banda que tocó en reconocimiento a la tarea de Nelson Gómez.

Uniformados, formaron 15 filas y entre dos camiones de bomberos homenajearon al hermano caído en cumplimiento de su deber. Además de la esposa y la hija del fallecido, asistieron su madre y su hermana. Eran las únicas mujeres en ese acto.

Entre cada diana y reverencia sus compañeros gritaban “¡Monky, Monky”!, apodo de Nelson.

Una hora después, el camión de bomberos, que portaba en el frente en letras doradas el nombre de Nelson Gómez, abandonó la central de auxilio y regresó a la funeraria, a la cual los restos de cuatro caídos más ya habían sido ingresados. A las 13 horas se realizó una ceremonia religiosa en honor al bombero.

Algunos petroleros apuntaron que la causa de la explosión fue el exceso de presión en una de las válvulas. “Si no ha sido por dos ingenieros de la refinería –que se ubica a un costado del sitio de la explosión– que se armaron de huevos y entraron a cerrar dos de las válvulas, la explosión habría impactado” a los habitantes de la ciudad, afirmaron.

Por otra parte, en un comunicado, la paraestatal informó que la mañana de este jueves un obrero resultó lesionado en la refinería de Ciudad Madero durante un simulacro que derivó en un incendio en el tanque de almacenamiento, por lo cual el acto tuvo una duración de 24 minutos.

La paraestatal informó además que aún se recuperan en hospitales 17 empleados de empresas prestadoras de servicios y cinco trabajadores de Pemex.

En tanto, el líder nacional del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, dijo que el estallido fue algo lamentable, pero se trató de un evento que no merece ser maximizado.

(Con información de Gustavo Castillo García)