Pese a que algunos indicadores del sistema financiero nacional fueron favorables durante el sexenio del presidente Felipe Calderón, como proporción del tamaño de la economía éste se mantiene en niveles bajos si se lo compara con lo que ocurre en países de desarrollo similar, revelan estadísticas oficiales.

Un amplio análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (Cefp) destaca que es necesario que la fortaleza, solvencia y rentabilidad alcanzada por el sistema bancario del país se reflejen en mayor financiamiento al sector privado con montos, tasas y plazos competitivos, así como con la ampliación del acceso y uso de los servicios financieros a mayor parte de la población.

Por ejemplo, el crédito otorgado por la banca comercial tuvo un incremento importante durante los últimos seis años. De diciembre de 2006 a julio de 2012 el saldo de la cartera de crédito total pasó de un billón 370 mil millones de pesos a 2 billones 640 mil millones, con lo que prácticamente se duplicó.

Sin embargo, el crédito total como proporción del tamaño de la economía es bajo si se le compara con lo que ocurre en otros países. Al segundo trimestre de 2012 fue de 20.01 por ciento (lo que incluye tanto a la banca comercial como de desarrollo), mientras para países como Brasil y Chile representó 61.4 y 89.31 por ciento, respectivamente.

Se observa que la banca comercial privilegia la canalización de crédito al consumo y al sector público; en el caso del primero por ser más rentable, pues las tasas de interés que se cobran son mayores respecto de las que se aplican a otros segmentos, y en la segunda situación porque la falta de pago es menor en caso del gobierno.

Si bien lo anterior resulta adecuado para las instituciones financieras, deja menor cantidad de recursos disponibles para financiar actividades productivas. Por ello, un reto adicional es elevar el financiamiento productivo del país para impulsar el crecimiento económico.

Los especialistas también consideraron que sería deseable que en el mercado de valores participe un mayor número de compañías y que para ellas sea atractivo financiar sus proyectos productivos a través del mercado de capitales, lo que permitiría que el valor de capitalización de la bolsa se eleve, al igual que el número de inversionistas.

De acuerdo con datos del sexto Informe de gobierno, en 2006 estaban inscritas 132 empresas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), mientras a junio de 2012 eran 131 (aunque de 2007 a 2009 fueron 125).

Así, el número de empresas inscritas en el mercado de valores nacional es muy reducido si se lo compara con lo que ocurre en otros países emergentes. Por ejemplo, de acuerdo con datos de 2011 del Banco Mundial, Brasil contaba con 366 compañías en su mercado, mientras Chile tenía 229.