La Arquidiócesis Primada de México y la Confederación Nacional Campesina (CNC) se manifestaron, por separado, en torno a la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT). La primera la avaló y la segunda estaría de acuerdo si esta iniciativa respeta los derechos de los trabajadores y se concibe como un puntal para el desarrollo nacional.

En el editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis argumentó que la LFT vigente está anquilosada y el país necesita un modelo que responda a la competitividad que demanda la situación actual y se elimine la economía informal.

“El mercado laboral debe ser más competitivo y abierto, pues así lo exigen los ‘nuevos tiempos, pero también hay que garantizar a los trabajadores salarios bien remunerados, salvaguardar sus derechos, seguridad social y dignidad”, expuso.

Además –refirió–, 20 por ciento de la clase trabajadora se concentra en el empleo informal, lo cual es alarmante, pues esas personas no cuentan con seguridad social ni con nada que les garantice una pensión digna, según se desprende de estudios serios, aunque no puntualizó cuáles ni de quiénes.

El Congreso debe buscar soluciones adecuadas y justas para que, sin menoscabo de los derechos laborales, se formalice el empleo informal, flexibilice la contratación y las dirigencias de los sindicatos rindan cuentas a sus agremiados y democraticen sus liderazgos, consideró.

Aseguró que la Iglesia no pretende que los sindicatos desaparezcan, pues está consciente de su importancia para la vida del país. No se trata de anular a los sindicatos en aras del provecho de los patrones y de una economía global despiadada e inmoral, sino responder a las exigencias internacionales que nos hagan un país más competitivo.

De su lado, Gerardo Sánchez, dirigente de la Confederación Nacional Campesina, consideró posible que los legisladores aprueben la citada iniciativa de ley, siempre y cuando se le hagan cambios, no anule las conquistas históricas del movimiento obrero y cumpla con el objetivo de desarrollar al país con justicia para los trabajadores.

En un comunicado, el también senador mencionó que la reforma a la LFT debe incluir mayores derechos para los casi tres millones de jornaleros agrícolas, quienes carecen de un salario mínimo, vacaciones, aguinaldo, reparto de utilidades, y trabajan más de ocho horas diarias. Además, eliminar el trabajo infantil en los campos de cultivo.

Apuntó que la mayoría de los jornaleros son indígenas “enganchados por coyotes, en tanto que las condiciones de trabajo son impuestas por los llamados cabos en cada uno de los centros agrícolas, lo que deja a los patrones en libertad de incumplir con lo ofrecido”.