Conjura crepuscular
l cuarto para las doce. En la hora once del agonizante sexenio. Decidió Felipe Calderón Hinojosa estrenar las facultades de iniciativa preferente. Y en materia laboral, donde lo rígido se traduce en flexibilidad y la informalidad es sayo franciscano para padecer el desempleo y no aparecer en los registros oficiales. Algo así como la aparición de un video en el camino donde atentaron contra la vida de agentes del amistoso vecino del norte, pero son videos que no podemos ver porque, dice la inefable procuradora general de la República, no hay o no disponemos de la tecnología
debida.
Ah, la iniciativa de reforma laboral ponía a prueba la visibilidad de los acuerdos del pluralismo de partidos, que no se puede ver pero es de todos conocido. PRIAN para los de matrimonios por conveniencia que les dieron gobernadores en Sinaloa, en Guerrero y en Oaxaca. No hay tapaojos ideológicos. Si acaso, los optimistas hablan de las izquierdas
, divididas pero no fracturadas, de bienes separados temporalmente, en tanto regresa el honor de estar con Obrador y sumar votos que se traducen en ingresos, en dinero constante y sonante. Andrés Manuel calla. Y en San Lázaro los valientes opositores a la reforma laboral envían a las diputadas, honor a la equidad de género, a tomar la tribuna, arrebatarle el micrófono a Jesús Murillo, el priísta que preside, para impedir la votación que serviría para mayoritear
, para imponer la traición a la clase trabajadora.
Ah, pero había acuerdo político, no necesariamente de caballeros, para que no se violentara la sesión y cada partido, cada diputado, expresara su aprobación o desaprobación de la tarea de la comisión que calificó la iniciativa. El PRD tiene coordinador, conductor designado, incapaz de lograr que le hagan caso sus dirigidos. Tomaron la tribuna y Silvano Aureoles Conejo corrió hasta la curul de Manlio Fabio Beltrones, líder de la bancada del PRI: Yo me deslindo, Manlio. Estoy muy apenado contigo
, le dijo al sonorense. Dura la respuesta. Te puedo permitir todo, pero no que hayas roto el acuerdo y tratado con violencia al presidente de la Cámara
. El del PRD había repartido camisetas con protestas contra la reforma. Ah, la dicha de ser líder y repartir pancartas, letreros y camisetas. Lástima que no le hagan caso y acabara la sesión vagando como alma en pena, pidiendo clemencia.
Tras el receso apareció Jesús Murillo en uno de los palcos. Se reanudó la sesión, se aprobó la reforma en lo general y en lo particular. Extraños compañeros de lecho hace la política. Sobre todo la del sistema plural de partidos que no saben si van o vienen. En ese palco, al lado del presidente de la Cámara, el panista José González Morfín, modelo de la relección no inmediata que rige; y Fernando Bribiesca, diputado del Panal, del partido que a la maestra Elba Ester Gordillo tiene como icono; el hijo de Marta Sahagún de Fox, la afamada primera dama de los encuentros y desencuentros papales, con testimonio gráfico en la Plaza de San Pedro y de hinojos en el hangar presidencial del Distrito Federal. El nepotismo era vicio de cardenales, pero los de la alternancia democrática mexicana lo han convertido en virtud.
Y acción crepuscular. El que no quiera ver fantasmas que no salga de noche, murmura entre discurso triunfal de despedida y mensaje global desde la tribuna de la ONU, Felipillo santo, el de la iniciativa preferente. Y nadie vio, nadie quiso ver que la premura del panista era mensaje envenenado; que no está reglamentado el artículo 71 constitucional. Pero dictaminaron la iniciativa en comisiones; votó el pleno y aprobó las reformas en lo general y en lo particular, con 351 votos a favor y 130 en contra. Las izquierdas votaron en contra. Aunque hubo votación previa, la del artículo 371 de la ley, por ejemplo, que se resolvió por la mínima diferencia: 16 votos a favor y 14 en contra. Los del PRI defendieron la autonomía financiera de los sindicatos; el petrolero Ricardo Aldana acudió a la normatividad de la OIT. Y los memoriosos recordaron la ausencia de José Paoli Bolio, quien fue al baño cuando la votación del Fobaproa, porque Adolfo Orive, de izquierda radical, sumó su voto a los 15 a favor y así se obtuvo la aprobación de 16 a favor y 14 en contra.
Adolfo Orive acabó por precisar que su voto había sido personal y no a nombre y representación del PT, partido en cuya fracción legisla en San Lázaro. Pero aclaró que no había votado en favor del PRI, sino de los sindicatos, del sindicalismo. Y como las izquierdas de la transición están como los revolucionarios en los años de la Convención de Aguascalientes: Éramos de los mesmos, pero andamos devididos
, se adelantó a quienes lo quisieran catalogar apóstata o traidor: evocó sus desencuentros con el subcomandante Marcos. ¿Y dónde está la congruencia ahora?, remató. No será en los reflejos de la tristeza crepuscular del poder panista; en las disputas por los despojos institucionales entre reaccionarios de cuna azul y reaccionarios de cepa tricolor: en el Senado, Javier Corral, de Chihuahua, reclamó su derecho a presidir la comisión de Comunicaciones y el alfil de Felipe Calderón, Ernesto Cordero, entregó el cargo y las prebendas al poblano Javier Lozano, mozo de estribo de los patrones de la minería y antiguo subsecretario del ramo al servicio de Ernesto Zedillo.
Claro como el lodo. Como la convocatoria de las coaliciones que engendraron gobernadores en Sinaloa, en Guerrero, en Oaxaca, anticipo de la unidad opositora de veras que nos dicen tendrá como campeones en la lid histórica de las vueltas a la noria, nada menos que a Mario López, El Malova, a Ángel Aguirre Rivero y a Gabino Cué Monteagudo. El Malova y Ángel Guerrero han lucido dotes de cortesanos en cada encuentro, en cada ocasión que han tenido de estar cerca de Felipe Calderón. El de Oaxaca es más discreto, o tímido, o atento al dictado del tiempo. Se acaba el sexenio, se acaba el mandato; se acaba la docena de años del fallido ensayo de la derecha extrema, fracasada por la vana vacuidad foxiana y las tentaciones golpistas calderonianas; por la incompetencia de ambos.
Derecha en ruinas. Tercera fuerza política. La guerra contra el crimen organizado sigue cobrando vidas, violentando derechos, atropellando la razón. En la tribuna de la ONU, Felipe Calderón insistió en la visión heroica de su combate. Pero más allá de culpar al gran mercado de consumo y a los mercaderes de armas, insinuó modificar la rigidez del prohibicionismo y pensar en el control del mercado a cargo de los estados-nación. No llegó a pedir la legalización, pero... es que ya no habrá iniciativas preferentes a su disposición; es que su partido retomó la marcha de los cangrejos y él lo deja estancado en el bajo porcentaje de la votación nacional que mantuvo en la brega de eternidad de la oposición, interrumpida por el golpe de mano de los dueños del dinero.
Se acabó. Queda Guanajuato. Y la presencia híbrida de Rafael Moreno Valle en Puebla. Lo de Baja California Sur es una incógnita. Y en Baja California, donde perdieron todo o casi todo los gobiernos municipales, seguramente van a subestimar la capacidad política de Enrique Peña Nieto.
La derecha deja el poder. Logra la reforma laboral. La izquierda tomó la tribuna, repartió camisetas. Habrá que ver a detalle cada cambio. Por lo pronto, el silencio de Andrés Manuel López Obrador refleja el desaliento de una capitulación.