Cae salario, sube inflación
Ingreso se desploma 13.4%
Más crudo para privatizar
n la Cámara de Senadores siguen con el juego de la pluralidad
, el diálogo
y los acercamientos
con los llamados factores de la producción (léase con la cúpula empresarial y los autodenominados líderes obreros
del corporativismo sindical mexicano) para decidir
si se ratifica la (contra) reforma laboral
aprobada por los inquilinos de San Lázaro o se le aplica una manita de gato para que no se vea tan fea. Sin embargo, por mucho maquillaje que le apliquen, la esencia no se alterará y los trabajadores serán responsables, una vez más, por la voluminosa factura del moderno
festín organizado por Calderón, con la venia de Peña Nieto, y autorizado por el tres veces H Legislativo.
Reuniones por aquí, juntas por allá, consultas por acullá (todo, desde luego, según la machacona versión oficial) para que al final de cuentas los senadores ratifiquen lo dispuesto por los de San Lázaro. Y mientras ellos cacarean las modernas bondades
de la citada (contra) reforma
, el ingreso de la mayoría de los mexicanos se mantiene pegado al suelo, sino es que por debajo de él. La propia Cámara de Diputados, por medio de su Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), reporta que de acuerdo con el IMSS en agosto pasado el salario básico de cotización promedio de los trabajadores que cotizan en ese organismo se ubicó en 7 mil 883 pesos al mes (nominales), para un crecimiento
anual virtual de 4.5 por ciento o 339 pesos mensuales.
Sin embargo, en ese mismo periodo la inflación oficial fue de 4.6 por ciento, por lo que, en términos reales, el citado salario cayó 0.1 por ciento, descenso que se suma al permanente declive observado a lo largo del gobierno que a los mexicanos prometió vivir mejor
. Además, apunta el CEFP, los salarios del sector formal siguen sin recuperar su nivel previo a la crisis. Si el referido ingreso se compara con el registrado en agosto de 2008, el salario básico acumula una pérdida real de 0.6 por ciento. Es decir, si se contrasta el salario mensual que el trabajador obtenía hace cuatro años con el actual se observa que hoy su ingreso real es inferior en 45.9 pesos.
La situación empeora si el comparativo se hace entre el cierre de enero de 2007 (dos meses después de que Felipe Calderón se instaló en Los Pinos) y agosto de 2012, pues el salario básico de cotización promedio de los trabajadores inscritos en el IMSS registra una caída en vertical. Es preciso remarcar que sólo uno de cada tres mexicanos en edad y condición de laborar cotiza en el Seguro Social, porque el resto se rasca como puede. Como se citó ayer en este espacio, el ingreso del 67.4 por ciento de los mexicanos ocupados (32.7 millones de personas) fluctúa entre cero y tres salarios mínimos diarios, y recordábamos que de acuerdo con la estadística del Inegi, poco más de 4 millones de mexicanos no reciben ingreso, a pesar de ser considerados como personas con ocupación (con empleo si se tratara del sector formal de la economía); 6.75 millones adicionales obtienen hasta un salario mínimo (hasta mil 800 pesos mensuales nominales); el ingreso de 11.33 millones más va de uno a dos salarios mínimos (de mil 800 a 3 mil 600 pesos nominales); y otros 10.56 millones obtienen de dos a tres salarios mínimos (de 3 mil 600 a 5 mil 400 pesos nominales).
Para redondear, el CEFP subraya que información del Inegi detalla que el ingreso laboral mensual de todos los trabajadores (formales e informales) acumuló una pérdida real de poder adquisitivo de 13.4 por ciento en los últimos cinco años (segundo trimestre de 2007 a segundo trimestre de 2012). El retroceso de los salarios representa una vulnerabilidad para la economía mexicana. En el actual contexto de desaceleración del sector externo, el mercado interno podría amortiguar sus efectos negativos sobre la actividad económica sólo si el número de trabajadores crece considerablemente por encima de la caída de los salarios
.
Bajos salarios con alta inflación y reducida generación de empleo formal es la fórmula perfecta para que la mayoría de los mexicanos reviente, algo que parece ser el objetivo de la plutocracia, lo cual, dicho sea de paso, está a un tris de lograr. Detalla el CEFP el creciente índice inflacionario en buena media se explica por el aumento en el precio de los alimentos (no sólo el huevo), es decir, a lo que se destina el grueso del precario ingreso obtenido por los trabajadores. La variación anual del índice nacional de precios al consumidor fue de 4.73 por ciento al cierre de la segunda quincena de septiembre, sustancialmente mayor a la del mismo periodo del año pasado (3.16 por ciento) y la más alta de los últimos dos años y medio. De esa forma, la inflación se alejó de la meta de 3 por ciento y se ubicó por arriba del intervalo superior de variabilidad establecido por el Banco de México (2-4 por ciento) por séptima quincena consecutiva
.
Pero el problema no para allí. El índice de precios de la canasta básica de consumo se incrementó 6.78 por ciento anual, contra 4.27 por ciento 12 meses antes. El precio de los alimentos, tanto procesados como agropecuarios, registró un alza de 0.79 por ciento, mayor en más de cuatro veces a la registrada en la misma quincena de 2011, con lo que la variación anual fue de 10.32 por ciento, más del doble de la que tuvo un año atrás (4.82 por ciento) y a la del índice general. El salario en picada y los precios de los productos básicos en las nubes, de allí la necesidad
de flexibilizar
el mercado laboral, de acuerdo con el circuito Los Pinos-Legislativo y sus patrones.
Para animar a propios y extraños, el Banco de México, puntualiza el CEFP, advierte que los riesgos sobre la inflación, en el corto plazo, continuaron elevándose, por lo que se mantendrá atenta a la evolución de todos los determinantes de la inflación, en particular de las variaciones de precios relativos, tanto las resultantes de productos agropecuarios como las derivadas de fluctuaciones del tipo de cambio
.
Las rebanadas del pastel
Los mexicanos deben conformarse con la (contra) reforma laboral
. Quién les manda estar jodidos. Ese es el mayor éxito
al que pueden aspirar. Y favor de no molestar, porque ahora que la reforma energética
está al alcance de la mano
(Videgaray dixit), los modernizadores
(léase los privatizadores) de Pemex están de plácemes, pues se confirma la existencia de un sistema petrolero de enormes dimensiones en aguas profundas del Golfo de México
(de 4 mil a 13 mil millones de barriles), según anuncio del inquilino de Los Pinos, quien falló en intentona privatizadora, pero para eso llega el engominado tricolor.