Pegan a los ciudadanos con recortes al gasto y más impuestos
Jueves 11 de octubre de 2012, p. 29
Tokio, 11 de octubre. De la primavera al otoño la situación de la economía mundial se volvió incierta. La confianza en el sistema financiero internacional es calificada de frágil
. Los riesgos para el crecimiento son cada vez mayores, mientras la deuda pública del mundo –con un costo creciente para los gobiernos que se traslada a los ciudadanos a través de recortes al gasto y más impuestos– va en aumento y la pérdida de empleos desata la protesta social.
Es la descripción que de la situación actual hacen funcionarios de los dos principales organismos financieros internacionales, reunidos aquí, quienes aseguran que es el tiempo de las decisiones políticas para zanjar una crisis que se ha extendido por cuatro años.
La confianza se mantiene frágil y los riesgos se han incrementado respecto de abril pasado, no obstante la reciente mejoría en los mercados financieros
, comentó José Viñals, director del Departamento del Mercado de Capitales del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Gobernadores de bancos centrales y ministros de finanzas de 188 países están en la capital japonesa para asistir a la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial, que cada tres años se realiza fuera de la sede de ambos organismos en Washington, Estados Unidos.
La reunión está marcada por el recrudecimiento de la crisis en los países de la zona euro, cuyos efectos se han extendido a otras regiones, al punto de que por primera vez en los documentos de trabajo de la cita y en declaraciones de directivos del organismo se introdujeron referencias respecto de la solvencia del euro como moneda común de 17 países.
En el corto plazo, el principal asunto relacionado con la crisis está en la zona del euro
, planteó Olivier Blanchard, economista en jefe del FMI.
Una de las razones de la inestabilidad financiera tiene que ver con el crecimiento de la deuda pública desde el estallido de la crisis en 2008 y las dudas relacionadas con la capacidad de los gobiernos para hacerle frente en un momento en que se realizan ajustes fiscales –consolidación fiscal, la llaman los funcionarios en esta reunión– en la mayoría de países avanzados.
En los cuatro años transcurridos desde el inicio de la crisis, en septiembre de 2008 con la quiebra de la banca de inversión estadunidense, la deuda conjunta de los 188 países que pertenecen al FMI ha crecido de manera sostenida.
Al inicio de la crisis, la deuda gubernamental de los países que forman parte del FMI era equivalente a 66 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, proporción que en 2012 se elevó a 81.3 por ciento, según datos presentados aquí por el organismo. Los 15.3 puntos en que aumentó el endeudamiento gubernamental, valuados a precios actuales, equivalen a 10.7 billones (millones de millones) de dólares, dos tercios del valor de la economía estadunidense, la mayor del mundo, que es de 15 billones de dólares.
Para el conjunto de la zona del euro, la deuda gubernamental equivale ahora a 93.6 por ciento de su producto interno bruto, 23 puntos porcentuales más que en 2008. España es caso aparte: el endeudamiento público aumentó, en el periodo, de 40.2 a 90.7 por ciento del valor de su economía.
La confianza en el sistema financiero global se ha vuelto frágil, al tiempo que la formulación de políticas no ha resuelto todavía plenamente las vulnerabilidades de corto y mediano plazos
, planteó José Viñals.
Con el incremento en el monto de las deudas se ha elevado también el déficit fiscal. A escala mundial, este desequilibrio pasó de 2.2 por ciento a 4.2 por ciento del PIB global entre 2008 y 2012.