Junto con Joan Manuel Serrat arrancó la gira Dos pájaros contratacan en el Auditorio
Si nos mentamos la madre con mi compadre, él sigue siendo mi carnal: Joaquín Sabina
Domingo 14 de octubre de 2012, p. a10
A las 20 horas con 42 minutos del viernes, las luces del Auditorio Nacional se apagaron y la gritería de unos 9 mil asistentes inundó el gigante inmueble; el poco delicado gesto no fue para menos, pues Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina iniciaban su gira Dos pájaros contratacan en México. En esta ocasión, el contrataque del Cuervo Acuático, Serrat, y del Cuervo Terrestre, Sabina, incluyó variada artillería letrística, incuestionable caballería musical/instrumental, jocosa infantería lúdica y potentes granadas con esquirlas que arañaron los corazones, espíritus y corteza cerebral del respetable público.
Para la ocasión, como preámbulo del inicio de la velada, a la que asistió el presidente Felipe Calderón, rescataron Ocupen su localidad, del disco en vivo que el Flaco de Jaén grabó en 1986 con Viceversa, claro, pero puesta al día y con extractos de varias canciones de sus obras, como Hoy puede ser un gran día y Es mentira; además dieron la recomendación de cómo ver el show y no meterle la mano a la señora que tienen al lado sin su consentimiento
.
Sabina fue el encargado de dar las buenas noches; luego Serrat hizo lo propio. Sabina volvió a interpelar al público: ...Es un milagro estar aquí... ni en mis sueños más etílicos me hubiera imaginado estar en México, en el Auditorio Nacional, con el más grande, Joan Manuel Serrat...
Serrat le preguntó: ¿Y por qué eso no me lo dices en privado?
, con lo cual entablaron un diálogo, a veces directo y otras indirecto, con chascarrillos y diatribas entre uno y otro; hicieron sorna de su edad, de la dudosa calidad de las canciones e incluso alusiones del diminuto tamaño del órgano sexual de Serrat y su contraparte exponencialmente exagerada: lo de la tercer pierna es verdad
. Pero también hubo reconocimiento y cebollazos de estos colosales músicos que a diferencia de su gira anterior, Dos pájaros de un tiro, se les vio más sueltos, compenetrados, miméticos y presentaron canciones hechas a cuatro manos concretizadas en el disco La orquesta del Titanic. Aunque no salieron del formato anterior.
Después llegó la letanía de canciones, que inició con Y sin embargo, cantada por Serrat y completada por su autor. Llegó La orquesta del Titanic a dos voces con lo cual se patearon el escenario: uno a la izquierda, el otro a la derecha y los dos comfluyeron en el centro.
Sabina quedó solo en el escenario y confesó: Hace 40 años yo cantaba en el Metro de Londres y Serrat ya estaba en un lugar entre Agustín Lara y Maradona, y para tocarle el culo a las señoritas les cantaba canciones de Serrat
, y soltó De cartón piedra, seguida de 19 días y 500 noches. Luego fue el turno de Serrat e ironizando dijo: Yo soy una mala persona, pero ni en mi más grande bajeza utilizaría una canción de Sabina para tocare el culo a una señora
, y él soltó Eclipse de mar y la enorme Mediterráneo, que como la vez pasada Sabina apareció en el colofón de la canción para acompañar sólo en el coro final. Mediterráneo terminó de colmar el espíritu festivo de la noche, después de esto, el concierto no tuvo punto medio.
Más feliz que Peña Nieto
En esa tónica continuó el concierto, que se salió un poco del guión cuando Sabina improvisó y dijo: Me siento más feliz que Peña Nieto peinándose
. Llegaron canciones como Tu nombre me sabe a hierba, Señora y Princesa.
Ya Sabina en solitario cantó Por el boulevard de los sueños rotos: Esta canción se la compuse a mi amada Chavela Vargas...
Con lo que llegó uno de los más grandes momentos del concierto, la rechifla sobrepasó el sonido de los amplificadores.
Serrat cantó a su vez Canción para la Magdalena, cuando acabó regresó Sabina y juntos cantaron su propia versión de Serenata huasteca, en la que la deconstrución más afortunada de estos dos pájaros gachupines fue: si nos mentamos la madre con mi compadre, él sigue siendo mi carnal... y si tu te vas con Zapata yo me voy con Pancho Villa
.
Llegaron también La del pirata cojo, Esos locos bajitos y Más de cien motivos. Hubo el momento de condena social en la canción Noche de bodas: ¡¡¡Que se mueran los que matan y que dejen de matar de una puta vez!!!
, en franca alusión a los 60 mil muertos que ha dejado la guerra contra el narcotráfico en México durante el gobierno de Felipe Calderón.
En síntesis: Sabina ensució las letras de Serrat y Serrat endulzó las canciones de Sabina.