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Realiza cruzada por hospitales siquiátricos para atender la enfermedad del genio

Adriana Retuerta pinta para mitigar las secuelas del trastorno bipolar

Tolstoi y Hemingway lo padecieron, dice

Persisten muchos prejuicios y desconocimiento en la sociedad sobre las enfermedades mentales

Volcarme a los colores me llena de paz, indica

 
Periódico La Jornada
Martes 16 de octubre de 2012, p. 5

La bipolaridad es la enfermedad del genio, afirma la pintora Adriana Retuerta, quien ha emprendido una cruzada por diversos hospitales siquiátricos para extender la práctica de las artes plásticas a manera de terapia para atender ese padecimiento.

Lo anterior, señala, luego que desde hace 24 meses ha comprobado en carne propia los beneficios de la pintura para controlar, a la par del tratamiento médico y sicológico, dicho trastorno mental, el cual le fue diagnosticado hace 12 años.

Esa iniciativa de la también escritora, quien utiliza el seudónimo de Yanihe Sheleentana, es una de sus primeras acciones como directora del grupo Energía sin límites, de los artistas bipolares, cargo que le fue asignado hace unas semanas por la Confederación de la Plástica Mexicana.

Además de proponer a la pintura y al arte en general, como tratamiento sicoterapéutico para dicha enfermedad en diversos nosocomio públicos y privados de la ciudad de México, también se ha dedicado en días recientes a hacer pública la invitación para participar el decimoprimer concurso de pintura Sensibilidad sin límites.

El certamen es auspiciado por el laboratorio Janssen de México y está abierto a pacientes con trastorno bipolar, depresión y esquizofrenia, siempre y cuando su médico los autorice a participar. La fase final tendrá lugar en la ciudad de México.

Incomprensión

Según Adriana Retuerta, durante diferentes épocas han sido muchos los grandes artistas que han padecido bipolaridad, como los escritores León Tolstoi y Ernest Hemingway; los compositores George Frederick Händel y Gustav Mahler, y los pintores Michelangelo Buonarroti, Vincent van Gogh y Jackson Pollock.

Eso no es coincidencia, tampoco gratuito, ya que estudios científicos han demostrado que quienes padecemos esta enfermedad tenemos más desarrollada el área de la creatividad, sostiene en entrevista.

La bipolaridad es la enfermedad del genio. Sin embargo, a lo largo de la historia han sido poco comprendidos nuestros cambios emocionales y de conducta y se nos ha llamado locos y tratado como tales.

Por lo anterior, rechaza que sea descabellado valerse del arte para, de forma conjunta con el tratamiento médico, enfrentar el trastorno afectivo bipolar (TAB), padecimiento bioquímico de los neurotransmisores cerebrales, el cual conduce a reacciones alternadas de manía, hipomanía, en casos leves, y episodios de depresión.

Existen muchos prejuicios y desconocimiento en la sociedad sobre las enfermedades mentales. Es necesario que las personas se sensibilicen. El trastorno bipolar crece; es una enfermedad muy dolorosa y de alto riesgo si quien lo padece no se atiende; 70 por ciento de los bipolares se suicida.

Foto
Adriana Retuerta durante la entrevista con La JornadaFoto Carlos Ramos Mamahua

Para Adriana Retuerta, el arte ha sido su mejor aliado desde que se le diagnosticó trastorno bipolar, asegura. Primero halló cierto alivio al escuchar música; después le vino una manía por escribir día y noche, y terminó un libro en tres meses, del cual mandó imprimir 30 mil ejemplares que distribuyó de manera gratuita; hace un par de años descubrió el poder liberador de la pintura.

En la vida todo es prohibición y en la pintura todo es libertad. Por eso pintar me ha funcionado muy bien para controlar la bipolaridad. Es un espacio en el que me refugio y en el que encuentro libertad. Los colores, volcarme en ellos, me permiten desahogar el estado en que me encuentro y llenarme de paz.

Gracias a la pintura, manifiesta que comenzó a recuperar fragmentos de la memoria, afectada cuando hace algunos años recibió terapia electroconvulsiva para disminuir su estado de manía.

Necesidad de ser libre

De igual manera, agrega Adriana Retuerta, pintar le ha ayudado a tomar decisiones más certeras, pues cuando percibe que está por caer en una crisis ella misma acude al sanatorio:

Desde que pinto, me siento diferente, mucho mejor y más centrada. Ya no actúo de forma violenta ni visceral, sino que analizo antes de tomar cualquier decisión, y con eso provoco menos daño.

Para conocer su enfermedad, entenderla y llegar a este momento de su vida, la pintora debió antes tocar fondo. Primero, su esposo se divorció de ella y luego debió pelear por la vía legal la custodia de su único hijo.

Pero sus peores momentos ocurrieron cuando perdió la razón y vivió en la calle, entre prostitutas y drogadictos; comía basura y tomaba agua de fuentes, además de sufrir abuso sexual.

Entre sus proyectos, adelanta, está apoyar mediante el arte a niños en situación de calle y trabajadoras sexuales, para retribuirles un poco de lo mucho que ellos le dieron.

Detrás de la mirada de un pintor bipolar, de sus motivaciones y lo que le inspira, según Yanihe Sheleentana, lo que hay es una necesidad de ser libre y traducir en colores, trazos y texturas sus diferentes estados de ánimo.

Sobre su quehacer, al que denomina Vanguardismo posmoderno, la creadora precisa que está determinado por el contraste de los colores y es de tipo abstracto. Rara vez, aclara, prefigura algo antes de comenzar su trabajo, todo va apareciendo conforme pinto.