Economía
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Sólo con empleo se ataca marginación: ex director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM

Mercaderes del poder y del dinero lucran y agravian a pobres y ricos, afirma académico

México se encuentra en una situación de desigualdad igual o peor que hace 200 años, asevera

 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de octubre de 2012, p. 28

México afronta el gran desafío de conciliar la libertad con justicia, por lo que el mejor programa para acabar con la marginación y la pobreza es el empleo, aseguró Daniel Reséndiz Núñez, destacado académico, ex director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El también galardonado con el Premio Nacional de Ingeniería en su edición 2011, señaló que México se encuentra en una situación de desigualdad igual o peor a la de hace 200 años (1812), cuando José María Morelos escribió Los sentimientos de la Nación.

De acuerdo con el más reciente informe sobre Desarrollo Humano de la ONU, citó, México se encuentra en esta asignatura en el lugar 126 de los 146 países analizados, prácticamente en la cola.

El ex integrante del Comité Asesor sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) afirmó que el país vive un proceso de deterioro progresivo no sólo en términos de desarrollo sino en otros aspectos como seguridad y empleo.

“México en 1812 tenía clarísimo que su desarrollo requería moderar, disminuir, sustancialmente las enormes desigualdades sociales y económicas que tenía como resultado de la larga historia de tres siglos de colonialismo. Morelos, en su famoso texto Los sentimientos de la Nación decía claramente que esta disminución sustancial de las desigualdades era un imperativo moral que por sí mismo justificaba la guerra de Independencia.

Todos los regímenes políticos que México ha vivido desde entonces para acá, en 200 años, se han reconocido y se han llamado asimismo como herederos de Morelos y seguidores de su programa político, pero si hoy revisamos de una manera crítica estamos igual o peor.

Entrevistado posterior a su intervención en el Foro de Políticas 2012 de la Academia Panamericana de Ingeniería, con el tema Ciencia, Tecnología, Innovación y otras condiciones para el Desarrollo, Reséndiz Núñez, autor o coautor de 10 libros especializados, más de 250 artículos y otras publicaciones sobre temas de ingeniería, educación y ciencia, aseguró que la política se ha desprestigiado conforme los políticos en todo el mundo parecen ajenos e insensibles a los intereses de la sociedad, cuando en consecuencia la ciudadanía reacciona con displicencia y sin responsabilidad ante los asuntos públicos con lo que el círculo viciosos se cierra, pues los políticos incumplen su función y los ciudadanos no participan en política y los posibles desenlaces son anarquía o dictadura; es decir, el subdesarrollo estabilizado.

Daniel Reséndiz, quien en el sector público se ha desempeñado como subdirector técnico y subdirector de Programación de la Comisión Federal de Electricidad (1991-1994 y 2001- 2004, respectivamente), así como subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica del gobierno federal de México (1996-2000), entre otras responsabilidades, dijo que los políticos han caído en el cinismo.

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Daniel Reséndiz, en una entrevista con La Jornada efectuada en el Instituto de Ingeniería de la UNAM en mayo de 2011Foto Guillermo Sologuren

La historia, otra vez gran maestra, hace evidente que el cinismo no es consustancial a la política, sino más bien un producto de épocas como la nuestra, en que los estados abandonan su razón de ser y dan a los mercaderes del poder y del dinero la amplia libertad que buscan para lucrar en agravio de todos los demás, pobres y ricos. La actitud contraria al cinismo es la ética, que en tiempos como el actual está en minoría.

Tras reconocer que las experiencias exitosas de desarrollo nacional en países diversos tienen factores en común, y aunque los caminos específicos difieran, estos factores comunes señalan un rumbo general hacia el desarrollo.

Entre las condiciones necesarias validadas por la experiencia están las siguientes: Primera condición: Una cultura nacional sólida y ampliamente compartida, actuante y viva, con hondas raíces éticas, sean laicas o religiosas, autóctonas o universales, en la que todos los connacionales se identifican al margen de sus diferencias ideológicas y por tanto están dispuestos a compartir esfuerzos y beneficios. Un buen indicador del grado en que tal cultura es en efecto compartida es la equidad económica y social, sin la cual el desarrollo es endeble o imposible.

Segunda condición: Una ciencia institucionalizada, apreciada por la sociedad como el mejor método disponible para entender el mundo y para generar el conocimiento aplicable a comprender y resolver nuestros problemas; tercera condición: una ingeniería con al menos el grado de suficiencia que en el segundo párrafo de este escrito se señaló, y finalmente, un sistema de innovación en todos los campos del saber-hacer, puesto en práctica cotidiana por usuarios y proveedores de los servicios y productos nacionales, a fin de mejorar continuamente en calidad y costo lo que el país produce.

El investigador emérito de la UNAM; miembro del comité asesor en seguridad estructural del gobierno del Distrito Federal; miembro titular del seminario de cultura mexicana e integrante del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República y del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, indicó que una de las problemáticas que se deben atender es la falta de empleo y recuperar el poder adquisitivo de las remuneraciones que son bajas.