Martes 23 de octubre de 2012, p. 2
Las actividades humanas, en concreto la explotación de la capa freática, contribuyera al sismo destructor que golpeó el año pasado la ciudad de Lorca, en el sur de España, e incluso quizás lo agravó, estimó un estudio.
El 11 de mayo de 2011, un terremoto de magnitud 5.1 grados Richter, cuyo epicentro se situaba muy cerca de la superficie, a sólo 3 kilómetros (km) de profundidad, mató a nueve personas y dejó unos 130 heridos en Lorca. Unas 15 mil personas también tuvieron que abandonar sus casas.
Para entender mejor el fenómeno, Pablo González, del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Ontario Central (Canadá), y sus colegas analizaron por radar la deformación del suelo causada por los temblores.
Descubrieron que el sismo resultaba del sistema de fallas de Alhama de Murcia. Más concretamente, los datos muestran que el grueso de la potencia del sismo fue liberado por un deslizamiento de sólo 20 centímetros de un segmento de fallas de unos 2 de los 3 km.
Pero esta rotura se produjo a sólo 3 km de profundidad, excepcionalmente cerca de la superficie, lo cual explica la magnitud de los destrozos provocados en Lorca.
Pablo González y su equipo descubrieron que la capa freática de la cuenca del Alto Guadalentín, el río vecino, bajó unos 250 metros entre 1960 y 2010 debido a la extracción de agua por el hombre.
Reacción elástica
Una simulación informática sugiere que esta caída de la capa acuífera provocó la rotura de una parte de la corteza terrestre a proximidad del sistema de fallas de Alhama de Murcia, según el estudio publicado en la revista Nature Geoscience.
Esta rotura provocó una reacción elástica
de la corteza que acentuó la presión sobre la falla y llevó al punto de casi rotura.
Nuestros resultados implican que las actividades humanas pueden influir en la forma y el momento en que ocurren los sismos
, indican los autores del estudio.