Lunes 29 de octubre de 2012, p. 25
Rangún. Una nueva ola de violencia entre budistas de la etnia rajín y los rohingyas en el oeste de Myanmar provocó que más de 26 mil personas abandonaran su hogar, según la ONU, que expresó su preocupación por la falta de recursos para poder ayudarlos. La jornada de enfrentamientos dejó más de 80 muertos, 22 mil 587 desplazados y 4 mil 655 viviendas destruidas, dijo el jefe de la ONU en Rangún, Ashok Nigam, quien advirtió que el balance puede empeorar. La ONU considera a los rohingyas, minoría musulmana apátrida, como una de las poblaciones más perseguidas del planeta. En el primer brote de violencia en junio pasado, unas 75 mil personas, principalmente de esta etnia, fueron desplazadas y viven en condiciones de pobreza extrema.