Disminuyó la cobertura de vacunación en el sexenio, revelan resultados de la Ensanut
El sistema nacional no ha sido eficiente para transmitir importancia de la inmunización: experto
Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 43
Una tercera parte de las personas afiliadas a algún esquema de salud (seguridad social o seguro popular) prefiere ir a los servicios privados para atender sus enfermedades, lo que junto con una disminución en la cobertura de vacunación refleja una desatención del sistema para garantizar la calidad de la atención clínica, así como una deficiente promoción de la salud y prevención. Eso es lo que revelan los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012, advirtió el investigador Gustavo Olaiz.
La encuesta también encontró que 25 por ciento de la población todavía no está afiliada a alguna de las instituciones porque desconoce que tiene el derecho o por carecer de un empleo formal que le dé acceso a las instituciones de seguridad social.
Olaiz resaltó que otro hallazgos de la investigación es la disminución en la cobertura de vacunación en los pasados seis años. En los niños de uno a dos años de edad pasó de 84.7 a 77.9 por ciento, mientras entre los menores de un año disminuyó de 78.4, que se reportó en 2006, a 74.2 en 2012 para los cuatro biológicos más antiguos del programa de inmunización universal.
Estos porcentajes representan un promedio nacional, pues si se revisan los datos por estado, resulta que para los menores de un año de Chiapas sólo están protegidos 38.5 por ciento de los infantes y 44 por ciento de los que viven en Colima. En el otro extremo están San Luis Potosí, con 76.8 por ciento y Quintana Roo, con 73.
Al participar en el seminario sobre la Ensanut 2012, organizado por el Instituto Nacional de Salud Pública, Olaiz resaltó que los logros y avances en materia de salud pública únicamente se mantienen con disciplina, vigilancia y constancia, factores que parecen haberse relajado en los años recientes.
En el tema de vacunación, dijo, un desempeño óptimo se mostraría con una cobertura superior a 95 por ciento. Sin embargo, de la encuesta se deduce que entre las personas que accedieron a mostrar la cartilla de vacunación o la cartilla nacional de salud de sus hijos –poco más de la mitad de los encuestados– sólo 60.7 por ciento, en el caso de los menores de un año, y 64.5 en los niños de uno a dos años, comprobaron tener completo su esquema de inmunizaciones, lo que comprende las incluidas en periodos recientes contra neumococo y rotavirus.
Al indagar si los menores habían recibido las cuatro vacunas más antiguas del programa (BCG para prevenir tuberculosis; hepatitis B; sarampión, rubéola y parotiditis –SRP–; la pentavalente –difteria, tosferina, tétanos, influenza tipo b y hepatitis B–) los porcentajes subieron a 74.2 y 77.9 por ciento, respectivamente.
Esto se explica porque biológicos nuevos tardan entre dos y cuatro años para posicionarse entre la población y alcanzar coberturas altas, indicó Olaiz. De todas maneras, llamó la atención sobre la situación de los niños de menos de un año, lo que ya había sido motivo de alerta en la encuesta de 2006.
Lo que ha fallado, explicó después, es que el sistema nacional de salud no ha sido eficiente para transmitir a las mamás la importancia de que lleven a sus hijos a vacunar, sobre todo luego de que por la inclusión de nuevos inmunógenos, el esquema se ha vuelto complejo. Se deben aplicar varias dosis en tiempos muy cortos, lo cual tampoco es por gusto, sino por el beneficio en asegurar las mejores condiciones de salud de los pequeños, indicó.
Del uso de los servicios médicos, explicó que si tres de cada 10 personas, derechohabientes de alguna institución, prefiere acudir al sector privado habla de un exceso de demanda en organismos públicos o que no hay la calidad suficiente
para retener a los pacientes.