odavía no es Nápoles, pero Madrid se acerca a pasos agigantados a Sicilia, últimamente más conocida por la suciedad y la basura que acumula en sus calles que por sus mafiosos de película. Una huelga de tres días de los trabajadores de la limpieza del ayuntamiento de Madrid dejaron a la capital española infestada de basura, con sus calles repletas de bolsas de desechos y con olor desagradable en el ambiente. Pero la huelga no fue sólo una llamada de atención de los trabajadores a las interminables recortes y medidas anticrisis que les afectan, sino también una oportunidad para la ciudadanía en general para expresar su repudio a la gran banca.

Una movilización espontánea invitó a los madrileños a aprovechar que no había recogida de basura debido a la crisis para llevar su basura hasta las puertas del banco o entidad financiera más cercana al domicilio. La idea era sencilla: ciudadanos anónimos, los más afectadas por la crisis y los recortes, decidieron expresar su rechazo a las políticas de gobierno y a la actuación de la banca durante la recesión. Con ese espíritu nació la protesta Tu basura al banco, lo que provocó que enormes bultos de basura amanecieran a las puertas de los bancos de la ciudad, muchas bolsas con mensajes anónimos del tipo: Si nosotros pagamos por su basura, tomen nuestra basura.

La protesta de inmediato se extendió y provocó que tanto los bancos como el propio Ayuntamiento contrataran una empresa para limpiar las zonas más afectadas por la proliferación de basura, ya que en algunos casos la enorme montaña de basura impidió la entrada a la entidad financiera. Una metáfora de los tiempos amargos que se viven en este país y en esta ciudad.

Armando G. Tejeda, corresponsal