l 20 de abril de 2010 explotó y se incendio la plataforma Deepwater Horizon, de la British Petroleum (BP), cuando perforaba un pozo a siete kilómetros de profundidad y a 64 kilómetros de distancia de las costas de Luisiana, costándole la vida a 11 trabajadores. Una burbuja de metano ascendió a la superficie ese día, provocando la explosión y el incendio. La plataforma se hundió dos días después. Pero en el tubo que servía para extraer el crudo se creó una fisura que estuvo abierta durante tres meses durante los cuales se vertieron casi 5 millones de barriles de crudo al Golfo de México. Es la mayor tragedia ambiental en su tipo en la historia de Estados Unidos. Recientemente, dos años y medio después, la British se declaró culpable de 14 cargos criminales y aceptó pagar 4 mil 500 millones de dólares al gobierno estadunidense como indemnización. Es la multa más grande impuesta por la justicia del vecino país, que destinará la mayor parte de esa suma a programas para mejorar el medio ambiente. La Academia Nacional de Ciencias recibirá 350 millones de dólares.
Pero los problemas de la BP no han terminado: el fiscal general, Eric Holder, sostuvo que la justicia estará siempre del lado de las comunidades afectadas en el Golfo de México porque la investigación criminal sigue abierta, y seguiremos las pistas y perseguiremos cualquier delito sobre el que existan evidencias
. Se refería, por ejemplo, a las demandas no resueltas contra la BP. El número de denuncias ascendió a más de un millón y muchas han sido ya resueltas en favor de los afectados. Cabe señalar que, a diferencia de otros países, los daños los tendrá que pagar la trasnacional y no la ciudadanía mediante el dinero público. La British es una de las petroleras más influyentes del mundo y ha gastado 14 mil millones de dólares en reconstruir las zonas afectadas, además de crear un fondo de otros 20 mil millones para indemnizar a los ciudadanos.
Con motivo del derrame, el presidente Obama impuso una moratoria que prohibió nuevos permisos a la BP para explorar y explotar crudo en el Golfo de México. Estuvo vigente durante seis meses. Y algo fundamental: el presidente acabó con la Agencia de Gestión Minera, responsable de otorgar los permisos de perforación y carcomida por la corrupción durante el mandato de George W. Bush. Fue sustituida con una agencia de seguridad y regulación ambiental, que exige condiciones mucho más estrictas a quienes solicitan permiso para buscar y extraer crudo en el golfo. De los 46 permisos concedidos, ninguno ha sido para la trasnacional británica, que antes de la tragedia extraía diariamente en el golfo 440 mil barriles, cantidad que se ha reducido a la mitad. En tanto, los países miembros de la Unión Europea también exigen ahora más responsabilidad al conceder permisos para perforar y extraer crudo en alta mar.
Mientras en Estados Unidos sigue el juicio contra tres ex empleados de la BP acusados de varios delitos graves (entre ellos, la explosión de la plataforma, la muerte de 11 personas, el posterior vertido de crudo a las aguas del Golfo de México y mentir a los congresistas que investigaban la tragedia); mientras se comprueban más y más complicidades entre las trasnacionales implicadas en la tragedia (como Transocean y Halliburton, con presencia en México), recordemos que el gobierno del licenciado Calderón prometió demandar a la petrolera por los daños que nos causaría el derrame. Nunca lo hizo, quizás porque no pudo acreditar ninguno. En cambio sí lo hicieron los gobiernos de Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz ante una corte de Texas. Acusaron a las empresas involucradas en la tragedia por negligencia grave, daños a los recursos naturales, al turismo, la pesca y la navegación comercial; y por lesiones y perjuicios derivados del derrame. La demanda fue desechada en primera instancia mientras se desconocen los estudios para mostrar los daños que se alegan.
Petróleos Mexicanos sostiene que está preparado para prevenir un derrame, detenerlo y, en caso extremo, remediar los ecosistemas dañados. Lo anterior, porque ahora perfora en aguas profundas del Golfo de México un tercer pozo, Maximino. ¿Será cierto?