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Balance de la Jornada

Final equilibrada, llegan los mejores del campeonato

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El Pájaro Benítez salvó el honor del Toluca, sometido por el América en La BomboneraFoto Ap
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ay jugadores y técnicos que son recordados con ciertas playeras. Como futbolista, Enrique Meza pasó la mayor parte del tiempo calentando la banca del Cruz Azul, en esos tiempos lejanos en que ese club se ganó con creces el apodo de La Máquina y en la portería tenía a Miguel Marín, llamado merecidamente el Supermán.

Marín brilló tal vez como el mejor arquero en el futbol mexicano, pero tuvo un paso efímero como técnico. Por su parte, el Ojitos entendió en sus tardes eternas en la banca lo que era la estrategia para dirigir. Mientras muchos se llenan de telarañas en el banquillo, el profe aprendió a ver el balompié, comprendió la táctica y entendió que el futbolista merece un adecuado trato humano.

Ya pocos se acuerdan de Meza como el eterno suplente de Marín. Lo que ahora se resalta es su capacidad para llevar a un equipo a la final y ganarla, a pesar de la maldición del superlíder.

Hace seis meses el Ojitos salió nuevamente por la puerta trasera del Cruz Azul. Se fue consciente que en sus cuatro etapas como técnico de los celestes siempre quedó a deber, pero fue en busca de la camiseta con la que logró sus mejores éxitos: la roja del Toluca.

Los escarlatas sumaban cuatro penosos torneos en los que incluso enfrentaban problemas de descenso. Algo impensable un uno de los clubes más ganadores de torneos cortos. Necesitaban a Meza y viceversa. Ahora el cuadro mexiquense está a un paso de igualar al Guadalajara, máximo ganador de títulos: 11 en total.

El América se mantendrá con sus 10 cetros, aunque le queda el consuelo de que es el único conjunto que ha estado en semifinales en las dos recientes temporadas, lo que refleja el buen trabajo de Miguel Herrera, un técnico que con un plantel modesto ha entregado buenos números.

En el cuadro amarillo se dice que Emilio Azcárraga les exigía el título. Tal vez al hijo del Tigre no le han informado que su América sólo tiene un elemento de gran calidad: el ecuatoriano Christian Benítez. El resto son jugadores de nivel bastante mediano.

Una muestra: para suplir a Chucho Benítez el Piojo Herrera tuvo que rearmar su escuadra y recurrir a Miguel Layún, Rubens Sambueza y Christian Bermúdez, elementos sin mayores méritos para portar la playera del club más polémico de nuestro balompié.

Se les agradece el esfuerzo, que hayan tenido contra la pared al Toluca y que ofrecieran ran pelea cuando todos los daban por muertos, pero con este equipo en el América sobrará la entrega, pero no la calidad.

Resulta lamentable que el aficionado tenga que esperar hasta la liguilla para ver partidos como el de ayer en La Bombonera. Ya que los directivos andan copiando protocolos de la Liga Premier de Inglaterra, también deberían idear algo para evitar partidos soporíferos durante el torneo regular.

Final equilibrada, sin favorito, por algo llegaron los dos mejores equipos del campeonato.

Xolos, el equipo más sudamericano del futbol mexicano, terminó con el milagro llamado León, pero lo realizado por la Fiera es digno de alabar: un equipo que salió de una década oscura y que en su temporada de regreso fue la sorpresa, a pesar de que mantuvo la base del ascenso.

Antonio Mohamed formó un cuadro muy compacto, que se defiende con orden, que no cede ningún espacio y que al ataque aprovecha las oportunidades que se le presentan, con dos auténticos artilleros del área como Alfredo Moreno y Duvier Riascos.

El León pareció morir sin ese espíritu ofensivo que lo caracterizó durante todo el torneo, aunque queda la duda de si los Esmeraldas no quisieron o no pudieron, anulados por los Xolos y la horrible cancha sintética del estadio Caliente.

Y mientras se define al campeón, Hugo Sánchez se quejó de que su imagen fue sobrexplotada por los Tuzos. Ironías del Pentapichichi, a quien tanto gustan los reflectores, pero que justificó así su pésima temporada en el Pachuca, pues aseguró también que le faltó tiempo para lograr los campeonatos que consiguió con Pumas.

El conjunto de la UNAM regresa este lunes a las prácticas. Lo hará sin Emanuel Villa, pero con Alberto García Aspe, quien parece ser lo contrario del Ojitos: brilló en la cancha, pero da tumbos fuera de ella. Esta vez el Beto caminó sobre seguro y dejó en el timón auriazul a un técnico de casa, con lo que evitó sus principales yerros del pasado.

Por su parte, Cuauhtémoc Blanco llevó a la final del ascenso a los Dorados, a costa de su ex club Necaxa. El Temo conserva en sus botines algo de la magia de sus años mozos. Ya quisieran en el América un jugador de esa calidad, aunque le sobren años y kilos.