Por fin llegó su turno. Con una amplia sonrisa, con el orgullo de ser la primera mujer en conseguirla, la entrenadora china de clavados Ma Jin se colgó una medalla de oro que vale más que cualquier otra. En solemne ceremonia le fue entregado el reconocimiento Águila Azteca en grado de insignia, por la canciller Patricia Espinosa.

Agradecida por la distinción diplomática, al ser considerada merecedora para recibir al mayor galardón que México entrega a los extranjeros que han engrandecido al país, la entrenadora asiática se mostró más que contenta, porque cuando llegó a Monterrey, hace casi 10 años, nunca se imaginó lograr los blasones obtenidos, y tampoco cruzó por su mente –porque no pensaba quedarse mucho tiempo en nuestra nación–, y menos adoptar de palabra como sus hijos a Paola Espinosa y a Rommel Pacheco, dos de sus alumnos más sobresalientes.

Claro que es como ganar ahora mi medalla de oro, el máximo logro que he obtenido en mi vida y en otro país, trató de explicar en su español, muy emocionada, conmovida por la presencia de parte de la representación diplomática de su nación en México, así como de varios amigos, además de su hijo Gao Zihao y su esposo mexicano José Luis Canales, quienes la observaban con esa mirada propia de su familia más cercana.

Contenta la hacedora de realidad de los sueños de sus estudiantes clavadistas dejó en claro que las alas de este galardón me impulsarán para seguir trabajando y haciendo mi mejor esfuerzo, porque desde que se enamoró de México decidió compartir las fórmulas de su nación que mantuvo durante mucho tiempo a los chinos en la cima en solitario, con ejecuciones de fábula y calificaciones de excelencia.

Antes de Ma Jin, ya otros tres entrenadores habían sido distinguidos en años pasados por el galardón, como el técnico de la selección nacional en su momento Bora Milutinovic, el preparador de caminata Jerzy Hausleber y el entrenador de nadadores Ronald Jhonson, selectivo grupo al que ahora ingresa la creadora de la escuela mexicana de clavados que tiene sus instalaciones en el Centro de Formación y Desarrollo Deportivo, mejor conocido como Ceforma.

Fue Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón y titular del DIF nacional, la principal oradora de la ceremonia protocolar, quien se ayudó de la obra del poeta chino Lao-Tsé (570 a 490 AC), que escribió: El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso, para destacar los logros de Ma Jin, al apuntar que ha logrado hacer de sus estudiantes gente que sabe dominarse a sí misma y que de esa forma son poderosos y triunfadores.

Por ahí anduvo el empresario acuático Nelson Vargas, ex titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, quien opinó que este tipo de reconocimientos sin duda alguna hace que los merecedores se entreguen más a su trabajo, sabedores de que son un baluarte para el país.

Ma Jin, normalmente de pocas palabras, se mostró comunicativa y de buen humor, sonriente al lado de sus seres queridos, con quienes compartió uno de los mejores días de mi vida.

Por ahora, la entrenadora tiene calidad de inmigrante técnica en el país, pero para 2013 pasará a ser inmigrada y podría solicitar su naturalización, aunque con ello perdería su ciudadanía natal.