bañado en sangre: MPJD
Jueves 29 de noviembre de 2012, p. 17
A unos cuantos días de que termine su administración, el presidente Felipe Calderón deja el país bañado en sangre
, sumido en una grave crisis humanitaria por la violencia generada por su guerra
contra el crimen organizado, denunciaron los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).
Al realizar un recuento de los daños
del sexenio que está a sólo dos días de terminar, el colectivo dirigido por el poeta Javier Sicilia se dio cita ayer en la noche frente a la Estela de Luz, para recordar algunos de los asesinatos, desapariciones forzadas y desplazados que dejará esta administración.
Alrededor de las cinco de la tarde, diversas víctimas de agravios, defensores de derechos humanos y ciudadanos en general se congregaron ante un templete donde se inició un acto cultural con música, instalaciones artísticas con cruces de madera y siluetas pintadas en el suelo, en medio de veladoras, flores y billetes manchados de sangre.
A las fotos de algunas de las víctimas de la violencia se sumaban también pancartas exigiendo el cese de la violencia, pañuelos bordados con hilo rojo donde se rescata la memoria de varios episodios de muerte y abuso, y los gritos que repitieron desgarradamente una de las consignas más sentidas de todas las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Activista asesinado
La actriz Julieta Egurrola, en nombre del colectivo artístico El Grito Más Fuerte, fue la encargada de recordar que justamente hace un año fue asesinado en pleno centro de Hermosillo el activista Nepomuceno Moreno Núñez, cuyo hijo Jorge Mario fue víctima de detención ilegal y desaparición forzada en julio de 2010, en un caso donde habrían participado policías estatales y municipales de Sonora.
Luego de guardar un minuto de silencio por todos aquellos que han sido asesinados o desaparecidos en el sexenio de Calderón, por el templete fueron pasando algunos de los familiares de víctimas de la violencia para brindar su testimonio, en el cual una parte especialmente dolorosa fue no sólo la falta de acción de las autoridades, sino la indiferencia de sus vecinos, amigos o compañeros de trabajo.
Por ahí desfilaron el nombre y la memoria de Juan Francisco Sicilia, Pedro Leyva, Trinidad de la Cruz, Eva Alarcón y Marcial Bautista, pero también una larga lista de ciudadanos menos conocidos que también fueron desaparecidos o ejecutados sin que las autoridades hicieran algo por encontrarlos, y sin que sus familiares volvieran a saber de ellos.