Viernes 30 de noviembre de 2012, p. 35
Washington, 29 de noviembre. El soldado estadunidense Bradley Manning, acusado de suministrar cientos de miles de documentos secretos a Wikileaks, declaró hoy que se desmoronó
luego de ser detenido, al rendir declaración por primera vez ante una juez militar en las audiencias previas al consejo de guerra que enfrentará el próximo año en Fort Meade, Maryland.
El joven, de 24 años, quien enfrenta cargos que pueden enviarlo a prisión de por vida por proporcionar documentos clasificados difundidos por Wikileaks, apareció nervioso y la voz le tembló levemente al comenzar a responder las preguntas.
Al ser interrogado por su abogado David Coombs sobre las condiciones de detención en Irak, antes de ser transferido a la prisión de Quantico, en Virginia, en julio de 2010, Manning dijo que no le fue permitido hacer llamadas telefónicas.
Me desmoroné completamente
, declaró el soldado, quien vistió uniforme azul.
Manning solicitó que su caso sea cerrado a causa del castigo ilegal del que fue víctima durante los nueve meses que pasó en Quantico entre 2010 y 2011.
Pensó en el suicidio
Declaró haber pasado por una situación muy estresante durante la cual recibía poca información
. Agregó que comenzó a tener pensamientos suicidas, hecho que comunicó a consejeros de salud mental.
Dos siquiatras militares declararon antes que las rigurosas condiciones de detención impuestas a Manning –incluidas las medidas contra suicidios– eran innecesarias y contrarias a sus opiniones.
Parte de la estrategia de la defensa de Manning es denunciar las duras condiciones en que permaneció detenido en Quantico. El objetivo es lograr que cuente como parte del tiempo de cárcel cumplido una vez que se dicte sentencia en su contra.
El militar está acusado de 22 cargos, incluido el de ayudar al enemigo
, por los que enfrentará un consejo de guerra a partir del 4 de febrero.
La parte acusatoria pretende cadena perpetua. Coombs planteó la posibilidad de que su defendido se declare culpable de cargos de menor gravedad, que implicarían un máximo de 16 años de cárcel.
La puerta quedó entreabierta a esta estrategia luego de que la juez aceptó la posibilidad de que Manning se declare culpable de cargos menores.
Analistas consideran que la pelota está en manos del gobierno.
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