María Cristina García Cepeda llega a la dirección general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) con la tarea, en primer lugar, de restablecer los vínculos con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), cuya fractura, ante los ojos de la comunidad artística y cultural, fue evidente a lo largo de gran parte del sexenio calderonista.

Siempre es deseable una comunicación y amplia coordinación con todas aquellas instancias que tienen que ver con la cultura. El INBA es una institución absolutamente integrada al CNCA y siempre hay que trabajar de manera incluyente, porque la cultura es plural y permite conocer a una nación y mantenerla unida, responde la funcionaria a pregunta específica.

Entonces, desde luego, la relación con el CNCA es fundamental. La manera en que se pueden potenciar las acciones de cultura es con diálogo, escuchando a todos los actores. El INBA es una de las instancias que forma parte de esta gran coordinación que lleva a cabo el CNCA, para lo cual fue creado.

Esta designación al frente del INBA constituye para María Cristina García Cepeda un nuevo reto en su vida profesional, luego de haber encabezado el equipo de transición de Enrique Peña Nieto en el rubro de cultura, y desde 2000 y hasta hace unos meses haberse desempeñado como coordinadora ejecutiva del Auditorio Nacional y cumplir antes varios cargos en el mismo CNCA, entre ellos la secretaría técnica de esa instancia y la secretaria ejecutiva del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

En entrevista con La Jornada, previa a que asuma de manera oficial al cargo, para lo cual dijo que primero debe hacerlo Rafael Tovar y de Teresa en el CNCA, la promotora cultural consideró que en materia de cultura y arte es esencial fortalecer todas las acciones que están en marcha e iniciar otras que tienen que responder a los nuevos retos.

Es importante entender que estamos en el siglo XXI, que hay nuevas tecnologías y plataformas, de las cuales hay que hacer uso para ampliar el beneficio del arte y la cultura de los mexicanos, sostuvo.

–Usted empleó el término continuidad cuando estuvo al frente del equipo de transición del ahora presidente de la República. ¿Cómo se traducirá eso en su trabajo al frente del INBA?

–Estoy convencida de que siempre hay que aprovechar la experiencia y todas aquellas acciones que han sido acertadas y que han dadogran fortaleza a las instituciones. Pero siempre habrán acciones nuevas que impulsar y programas por perfeccionar y reorientar.

“La experiencia de estar al frente de ese equipo de transición me dio la oportunidad de escuchar de viva voz a quienes han estado en años recientes al frente de las instituciones y conocer así las fortalezas y debilidades de éstas.

Eso me permitirá impulsar y desarrollar un amplio programa, con una visión incluyente y una coordinación transversal, lo que ha pedido mucho el presidente Peña Nieto, para potencializar los programas de beneficio social y desarrollo económico. Hay que ver a la cultura como una oportunidad para impulsar nuevas empresas creativas, nuevas acciones.

–En términos específicos, ¿cómo recibe el INBA y qué procede?

–Recibo una institución en la que veo muchas personas comprometidas con el desarrollo cultural y artístico. En cuanto a qué procede, hay que dar un amplio programa de mantenimiento y modernización de la infraestructura cultural, precisamente porque estamos en una era con grandes avances tecnológicos, con nuevas plataformas.

“Mediante programas extramuros es necesario, además, hacer a la cultura accesible a espacios públicos no habituales. Este es un elemento estratégico, también, para formar nuevos públicos; hay que fortalecerlo para asegurar el equilibrio de la oferta y la demanda de los bienes y servicios culturales.

Estoy convencida de que la promoción y la difusión de la cultura constituyen un factor de desarrollo y promoción para México y de unidad para los mexicanos. Esta es una institución con gran vitalidad, con una plantilla de personas muy comprometidas, pero también con retos muy caros hacia esta nueva visión del México del siglo XXI.

–¿Cómo se aplicará en el INBA la política de austeridad y disciplina presupuestal que decretó el presidente Peña Nieto para la administración pública?

–Desde luego tendremos que ser racionales en el gasto en el presupuesto, y aplicarlo en la mayor medida posible a los programas sustantivos del INBA, es decir, en la promoción y la difusión del arte y la cultura; la investigación y la educación artística, así como la preservación del patrimonio artístico para las nuevas generaciones.

“Tenemos una amplia responsabilidad y tendremos un gran cuidado de ser muy racionales en el gasto, para que éste sea canalizado a los programas sustantivos. Sin duda, nunca hay presupuesto suficiente para las grandes necesidades y retos que plantea la cultura en nuestro país.

“Es importante también tomar en cuenta que ampliaremos los programas para impulsar nuevos esquemas de financiamiento y permitir la participación privada de manera mixta con la participación pública, que permita crear mejores condiciones y modernizar la infraestructura.

Es importante que todos los sectores de la población participemos en el desarrollo cultural de este país, porque es una responsabilidad que nos compete a todos. El INBA establecerá las condiciones adecuadas para permitir de manera mucho más amplia la participación del sector privado, el surgimiento de estas empresas creativas, independientes; con eso, se viene a fortalecer el presupuesto y la derrama económica para impulsar el desarrollo cultural y artístico en nuestro país.

Ejes programáticos

–¿Cuáles serán los principales ejes en cuanto a la programación artística, luego de que el sexenio pasado, sobre todo en lo concerniente al rubro internacional, estuvo en manos de una sola productora?

–El instituto, el palacio y todos los sitios para la promoción y la difusión de la cultura serán espacios incluyentes de todas las voces, de todas las propuestas escénicas y artísticas, porque esa es la vocación del INBA, que los espacios estén abiertos a las propuestas de la comunidad artística.

–Entre los principales problemas que hereda de su antecesora está la muy cuestionada remodelación del Palacio de Bellas Artes, ¿qué hará al respecto, una remodelación de lo remodelado?

–Quisiera tener más elementos, no hacer comentarios sin fundamento. El Palacio de Bellas Artes es un símbolo de la cultura nacional y habrá que hacer lo necesario para fortalecerlo.

Es un tema que en su momento ha sido cuestionado, desde diversos puntos de vista. En el momento en que asuma la titularidad del INBA, desde luego haré una evaluación para, con fundamento, tomar las medidas necesarias, porque el Palacio de Bellas Artes es un símbolo de los mexicanos, un centro de arte y cultura de gran tradición, y tiene que estar, como siempre se ha pensado, a la altura de los mejores espacios culturales y artísticos del mundo.