Inauguraron exposición con 45 desnudos femeninos
Lunes 10 de diciembre de 2012, p. 7
El pintor de origen irlandés, naturalizado mexicano, Phil Kelly, quien falleció hace dos años, recibió un homenaje de la Alianza Francesa.
En el acto, efectuado el pasado jueves en el recinto de la calle Sócrates 156, Polanco, se inauguró una selección de 45 desnudos femeninos en diferentes formatos, técnicas y soportes.
En el texto de sala de la exposición Phil Kelly (1950-2010): homenaje sobre la línea desnuda, Jimena Espejo escribió que “sólo aquel que domina la línea es capaz de abstenerse de ella y retomarla como el hilo conductor que lo vincula al oficio básico de dibujante.
Kelly siempre mostró ese amor filial por la línea, la cual, de pronto, como madeja de hilo enredada y enmarañada, pareciera estar en eterno movimiento para desanudarse y así, de inmediato, desnudarse, en una serie de dibujos en los que adivinamos al pintor como esgrimista con la pluma y quien, de manera acompasada, fija el trazo y la dirección de las líneas.
La obra del artista “provoca la lectura entre sus trazos, rayas y líneas en disolvencia; en eterna tensión, entre el estar y el desaparecer, en establecerse en los límites considerados de una sola dimensión: la longitud. Así, Phil ‘cruza la raya’ y una y otra vez nos lleva al rebosante uso del óleo para convertir las líneas en manchas, distribuyéndolas rítmicamente en la composición”.
Espejo señala desnudos que percibimos como figuras sin protección, creadas por la luz y el color. Líneas curvas que obedecen a la voluntad ilimitada del pintor, que aprovechan la voluptuosidad de los cuerpos y que no dan cabida a la rectitud
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Asegura que resulta imposible establecer, como espectador, una única y estática línea de mira; y de manera casi involuntaria, las figuras plasmadas nos conminan a recorrerlas como escáner azaroso
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Pasión por la línea desnuda
La línea desnuda
fue una de las grandes pasiones de Phil Kelly.
Autor de una obra recargada, de trazo vigoroso y exaltado colorido, el artista llegó por vez primera a la ciudad de México en 1982 y siete años después decidió quedarse a vivir aquí.
Para entonces la capital del país se había convertido en su principal tema estético. También cultivó el desnudo femenino y el bodegón.
En 1991 realizó su primera exposición individual titulada México: ciudad inédita, en el Polyforum Cultural Siqueiros.
Apenas un lustro después, Phil Kelly expuso de manera individual con el título Babel descifrado, en el Museo de Arte Moderno.