Benito González estrena su propuesta =6 (igual a seis) en el Teatro de la Danza
Parto de la grafomanía, tipo de locura asociada a los que escriben sin continuidad lógica
, dice
Jueves 13 de diciembre de 2012, p. 6
El coreógrafo Benito González en la obra =6 (igual a seis), que estrenará hoy jueves en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, reflexiona alrededor de la escritura obsesiva y el uso de las palabras como objetos a través del movimiento de 15 bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac).
La coreografía parte de la grafomanía, que es un tipo de locura asociada a las personas que escriben obsesivamente sin continuidad lógica, sin un sentido específico. Pero más que hablar de quién padece esta patología mental, me interesó lo que escriben esos individuos
, explica a La Jornada.
Identificación con el dadaísmo
La propuesta del coreógrafo sonorense muestra lo que escriben las personas que tienen grafomanía, más que ilustrar ese tipo de locura, al tiempo que utiliza la escritura conceptual donde el énfasis en los significados es mediatizado por el juego que se produce directamente a escala de los significantes.
La escritura conceptual tiene la característica de que los elementos, los símbolos, las letras son usadas como objetos. El significado de las palabras pasa a segundo plano y el objeto se convierte en lo más importante. Esto me parece interesante en contraste con la grafomanía, una cuestión mucho más enloquecida.
La obra de Benito González fue seleccionada en la primera convocatoria de Producción Coreográfica lanzada hace un año por el (Ceprodac), que dirige Raúl Parrao.
El creador de =6 (igual a seis) se considera obsesivo y se identifica con los movimientos antiartís-ticos, como el dadaísmo, que ha sido parte fundamental de la historia del siglo XX en el arte.
Hay muchos autores que retomaron el dadaísmo y le dieron un impulso a este movimiento, y mi obra tiene algo de eso. Ultimamente se ha vuelto más importante la conceptualización del trabajo, entonces mis puntos de partida suelen ser muy básicos para que sea el propio espectador quien genere una historia compleja. Me gusta pensar que lo sencillo forma parte de lo complejo a nivel de pensamiento
, añade el coreógrafo.
En el proyecto también realiza una exploración de sonidos, algunos cotidianos, otros que se asemejan a los códigos repetitivos y mensajes secretos en códigos numéricos que se transmiten en las estaciones de onda corta de los servicios de inteligencia.
De acuerdo con Benito González, en esas estaciones se transmite una voz que lee una serie de números y letras de manera repetitiva durante muchas horas y años.
Encontré grabaciones en diferentes idiomas, muchos países han utilizado esta forma de comunicación y vi que tenía mucha relación con mi propuesta coreográfica.
Los sonidos de la obra, los utiliza el coreógrafo para crear una atmósfera ominosa y extraña y con ello aportar un sentido distinto a la secuencia de movimientos. De la misma manera que en la grafomanía, la palabra cobra relevancia por su forma más que por su significado.
En =6 (igual a seis) participan 15 bailarines del centro de danza, con un diseño de iluminación de Evoé Sotelo, bailarina y coreógrafa, codirectora –junto con González– de la compañía Quiatora Monorriel.
El Ceprodac finaliza sus actividades coreográficas de 2012 con la presentación de =6 (igual a seis), del 13 al 16 de diciembre en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).
Las funciones son los jueves y los viernes, a las 20 horas; los sábados a las 19, y domingos a las 18 horas.
Asimismo, se ofrecerán funciones especiales el 21 y 22 de diciembre, a las 19 horas en el Teatro Félix Azuela (Unidad Habitacional Tlatelolco).
