Páginas matutinas
el colimense Alejandro Morales me llega, inédito, pero pronto perderá esa condición, Hojas de la mañana, libro cuyo título alude a la visión tradicional de la lectura del diario como un hecho matutino y que propone una mirada y un ejercicio creativos del oficio periodístico.
Lo que me llamó la atención apenas pasar los ojos por sus páginas fue su destacado interés en la escritura tendiente a lo literario como imaginación (nacida de la curiosidad, no de la fantasía) y forma (nacida del objeto de atención, lo que solemos entender como contenido), y en general su interés por el lenguaje y por el deber del periodista para con los lenguajes:
Se ha definido al periodista como un traductor de lenguajes especializados al lenguaje común. En buena parte ésta debiera ser su función, aclarar la realidad, dar cuenta de las diferentes versiones de los especialistas y de la realidad misma, de una forma atractiva [en otro lugar diferencia pertinente entre lo atractivo y lo distractor], transparente y significativa para sus lectores
, lo que implicaría no sólo informar sino asimismo intentar transmitir el sentido de lo informado.
Con base en palabras de Edgar Morin y Jesús Martín Barbero expresa que estamos como cegados por una nube informacional, enterados de montones de cosas que ¿qué sentido tienen para nosotros? Estamos más informados, subraya, pero nos comunicamos menos. Una buena lectura debiera despertar, no anestesiar, indica con Charles L. Morgan, y eso depende, cita a Kapuscinski, de una escritura verdaderamente responsable. Y pues que el autor entiende que la literatura es la escritura humanizada por excelencia
, idea que comparte con Reyes, apuesta por un trabajo en el que, sin dejar de tener los pies sobre la tierra y sin dejar de darse a entender de manera afinada, dé –asimismo– a entender.
De Okakura Kakuzo recuerda que cuánto más humano es el llamamiento más profunda es nuestra respuesta
y refiriéndose a un artículo de Ramón Cota Meza, Nuevo periodismo, vieja literatura, que hace dos décadas halló tirado en una calle transcribe: “la trascendencia se inicia en el contacto entre el texto y el lector. Si la lectura del texto… mueve, conmueve o simplemente interesa… la chispa se ha encendido”.